Reventa de boletas y más: así funciona la estrecha relación entre barras y clubes en FPC

Violencia en FPC: así funciona relación barras y clubes. / Foto: captura de video.

NoticiasRCN.com revela cómo ha sido el vínculo que, por ejemplo, denunció el presidente de Atlético Nacional con la barra Los Del Sur.


Santiago Clavijo

abr 21 de 2023
03:32 p. m.



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"Han pasado los años, jugadores, también dirigentes, pero lo que no cambia, es la pasión de su gente". Esta es una letra de una canción adaptada por muchísimos equipos en toda Sudamérica. Parece ser solo eso, una letra de un cántico, pero es un retrato de la realidad que ahora puede verse calcado en los casos de violencia sucedidos en la última semana en el fútbol colombiano con las barras de Atlético Nacional y Once Caldas

¿Pero, de qué pasión hablan? La misión de las barras hace bastante tiempo que dejó de ser el mero aliento al equipo en un partido. Con el tiempo han mutado a organizaciones sociales, o en casos como Argentina, a organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas y armas. 

Aterrizando a la realidad colombiana, las barras funcionan también como una empresa y para ello es necesaria una cooperación con los directivos de los clubes. Sí, lo que dijo Mauricio Navarro sobre los beneficios que recibían Los Del Sur por las anteriores administraciones de Nacional no es un descubrimiento nuevo, es una situación que pasa hace años y del que se habla con voz baja. 

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"Esa relación barra-club siempre se ha dado. En el caso de las barras grandes, se da a cambio de tener algo de control y que cuando los clubes necesiten del respaldo de la barra, la barra va a copiar. En el caso de Millonarios, una vez un directivo dio la orden de apretar a un jugador a la salida de un entrenamiento", revela Héctor Lizcano, excapo de la barra Comandos Azules, en diálogo con NoticiasRCN.com. 

¿De qué viven las barras de fútbol en Colombia?

Por ley, en Colombia no puede haber beneficio económico directo de parte de un club de fútbol profesional hacia una barra. Esto aclara que la ayuda que las instituciones dan es en especie y no en dinero. El ejemplo más conocido es el de la boletería. Las directivas le dan entradas de cortesía a la barra. Los capos entran sin pagar, mientras que los demás pagan -a un precio menor que el comercial- y ese dinero entra directamente a la barra para sus gastos como "tela para trapos, tiquetes, pólvora y toda la fiesta". 

"Todas las barras que están vinculadas al programa de Fútbol en Paz y otros programas sociales, ocupan puestos de trabajo del Distrito. Del salario mensual que cada miembro de la barra gana en ese trabajo, debe aportarle un porcentaje a la barra. El aporte individual puede parecer pequeño, pero cuando se suma entre todos los personajes ya pasa a ser un valor representativo", explica Lizcano acerca de las demás fuentes de ingreso para las barras. 

"Otra forma de ingreso muy común es cobrar por colgar trapos en la tribuna popular. También, anteriormente se apretaba a los jugadores para que dieran un aporte económico a la barra. Así sucedió hace varios años con Blue Rain a Óscar Córdoba. Los buses para viajar de visitante. El club contrata los buses y pasa la cuenta de cobro. Los capos de la barra viajan gratis, mientras que los demás deben pagar un pasaje que es vendido por la misma barra y el ingreso va para ellos", añadió. 

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El funcionamiento de las barras ha crecido tanto que su relación económica no solo va con los clubes, sino también con las empresas patrocinadoras de los equipos. En muchas ocasiones se convierten en distribuidores de las marcas de ropa y lo que pasa es que estas marcas regalan indumentaria a las barras y ellos la venden luego en sus tiendas. Ese ingreso va para la barra. 

Pero quizás una de las revelaciones que hizo Mauricio Navarro el domingo pasado y que antes no era muy conocida en el país es el cobro que hacen Los Del Sur a los directivos por "cuidar" (no hacer daño) a la hinchada de un equipo visitante cuando haya partido. "Esa es una forma de decir que la paz tiene un precio. Las hinchadas locales cobran un precio para que no le suceda nada a la visitante. Esto siempre ha pasado, pero se vuelve a detonar porque es Nacional. Lo mismo pasó en 2018 con Millonarios", dijo Lizcano. 

¿Es malo que haya una relación clubes-barras?

Todo este 'boom' mediático que se ha detonado a raíz de las declaraciones de Navarro y todo lo que se ha conocido durante la semana, ha abierto el debate sobre la relación entre los clubes y las barras, que como muchas fuentes lo han afirmado, no es mala ni ilegal per se. El congresista Daniel Carvalho le explicó a NoticiasRCN.com que para intentar que no se desvirtué del objetivo inicial, debe haber mucha claridad y auditoría sobre el dinero o beneficios que las barras reciban para tener claridad. 

"Yo creo que es positivo que haya relaciones en general entre las barras y las alcaldías. Las barras son actores sociales o un movimiento social que además tiene muchísimo impacto en todo lo que es el espectáculo del fútbol. Una barra es la representación máxima de la fiesta del fútbol, tiene gastos propios de esa fiesta, tiene también capacidades que va desarrollando y tiene la posibilidad de acercar la oferta institucional y laboral a sus integrantes, que suelen ser jóvenes de bajos recursos. Eso sí, estas relaciones contractuales entre barras y clubes tienen que ser de lado y lado. Deben tener objetivos concretos, y sobre todo, tiene que haber muchísima trazabilidad de lo que hacen las barras con el dinero que tienen, para que sea mucho más claro el manejo del dinero público", precisó. 

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"Las leyes colombianas se han concentrado únicamente en lo punitivo, creemos que la solución está en la cámara, en la carnetización en la presencia de policías, y yo no comulgo con eso. Si bien son necesarias las medidas de seguridad, la principal seguridad se da desde la convivencia y la corresponsabilidad entre los actores del fútbol, en especial los barristas. En Medellín implementamos eso con la política pública de cultura de fútbol que yo impulsé en el Consejo de Medellín en 2017 y dio excelentes resultados en la reducción abrupta de las violencias, las riñas y todos los fenómenos asociados a los partidos de fútbol, incluidos los clásicos", comentó sobre las posibles soluciones a los fenómenos de violencia en los estadios de fútbol. 

Responsabilidad política 

Como bien lo dijo Héctor Lizcano, los desmanes del domingo pasado estallaron en una bomba mediática por tratarse de Atlético Nacional, pero sólo este año también han sucedido casos similares en Armenia, Ibagué y más recientemente en Manizales. Esto desnuda una realidad de la que toca hablar sin eufemismos, y es que los violentos volvieron a los estadios del FPC. Retrocedimos 20 años. 

"Efectivamente estamos viendo una seguidilla de problemas similares en varios estadios y yo pienso que tiene, entre otras, una causa: que es el abandono de los programas por parte de la Nación. Hay una mesa de comité que debe dirigir el Gobierno Nacional y en ocho meses del actual gobierno no se han reunido ni una vez. Todos estos procesos sociales con públicos complejos como son los barristas, necesitan mucha atención. Son procesos frágiles. Si el Estado los abandona, llegamos a esto. Desde el Congreso estamos exigiendo en primer lugar su función en este tema. Estamos pidiendo también al Ministerio del Deporte que le cumpla a las barras con unos compromisos que ya tenía y formulamos varias proposiciones para el Plan de Desarrollo que esperamos sean tenidas en cuenta", aseguró Carvalho. 

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Complicidad de autoridades

Sin embargo, los alcances del barrismo en la actualidad hay que observarlo y analizarlo con lupa. Aparte de los beneficios públicos con directivos, hay otros escondidos con autoridades. Por ejemplo, en el caso de Atlético Nacional, Lizcano asegura que hay cooperación con la Alcaldía de Medellín y la Policía porque algunos de sus funcionarios y agentes, respectivamente, pertenecen a Los Del Sur y colaboran con hostigamiento a hinchadas visitantes, en especial cuando se trata de Millonarios y América de Cali

"El barrismo en Nacional traspasa muchísimas barreras. El barra brava no es un hincha normal. Varios funcionarios de la alcaldía de Medellín son barra brava, pero lo son sólo cuando les conviene. Cuando no les conviene dicen que son barristas sociales. En la requisa para entrar al Atanasio, los policías piden cédula en partidos contra Millonarios y América porque ellos hacen parte de Los Del Sur", soltó. 

Lo anterior abrió un debate durante toda la semana acerca de la responsabilidad de lo que sucedió el domingo. Primero, el secretario de gobierno de Medellín y el alcalde Daniel Quintero acusaron a Nacional, mientras que los clubes manifestaron que los encargados de garantizar la seguridad en los estadios es de las autoridades locales porque son los que administran los escenarios. 

En cuanto a esto, Daniel Carvalho opinó que "legalmente toda la responsabilidad le corresponde a los hinchas que causaron esos desmanes. Uno puede revisar malas actuaciones por parte de la Alcaldía de Medellín, que ha dejado morir los proceso de política pública de cultura de fútbol. Uno podría acusar a Atlético Nacional de no haber hecho un buen diálogo, pero la violencia es completamente reprochable y por lo tanto toda la responsabilidad de todos esos actos violentos le corresponde a los hinchas que los causaron". 

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