Análisis: ¿Qué tan factible es subsidiar el transporte público en Bogotá?

Durante el fin de semana el presidente Gustavo Petro propuso a través de su cuenta de X, antiguo Twitter, subsidiar el transporte público de algunas ciudades por medio de contribuciones de los hogares, que sea cobrado mensualmente mediante la factura de energía. Una idea que generó reacciones a favor y en contra desde distintos sectores.

El ministro de Transporte, William Camargo, sostuvo este lunes que la propuesta era viable técnica y jurídicamente, mientras la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sostuvo que no es viable pagar el sistema de transporte de una sola fuente, sin embargo, dejó una puerta abierta para contrapropuesta con un número aterrizado, pero teniendo en cuenta varias fuentes como el Gobierno Nacional, los gobiernos locales y los hogares.

Adicionalmente, la alcaldesa lanzó una cifra de $200.000 en promedio, que sería lo que deberían pagar los hogares mensualmente en el recibo de la luz para cubrir el transporte público, mientras el ministro afirmó que en un estudio piloto se estableció que Bogotá podría recaudar más de 3 billones de pesos de contribuciones al sistema, aunque no dio una tarifa exacta por hogar.

¿Qué dicen los expertos sobre la propuesta de subsidiar el transporte público?

Al respecto, NoticiasRCN.com consultó a Darío Hidalgo, profesor de la Universidad Javeriana y experto en temas de movilidad y transporte, quien participo en la implanctación de inicial Transmilenio.

“Es una propuesta para revisar con mucho cuidado, que tiene componentes positivos, pero algunos inconvenientes a largo plazo”

Para el experto la propuesta tiene varias partes entre unas buenas y otras a revisar: la primera, de forma positiva, es buscar fuentes alternas para apoyar el transporte público de las ciudades, un punto que muchas ciudades están haciendo actualmente, por ejemplo, en el caso de Bogotá del presupuesto de la ciudad se destinan alrededor de 3 billones de pesos cada año, incluso con apoyo del Gobierno Nacional. “Es importante reconocer y buscar fuentes alternativas”.

Sin embargo, Darío advierte que un aspecto a revisar puede ser la viabilidad jurídica de realizar este cobro por medio de la factura de energía, cuando anteriormente los antecedentes han demostrado que las facturas de servicios públicos no se deben utilizar para este tipo de cobros adicionales, lo que podría ser “un tema complejo técnicamente y legalmente”.

“No obstante, se puede revisar la vía de recaudo, por ejemplo, por medio del impuesto predial”

Ademàs, sobre la tarifa cero de transporte pùblico podría ser inconveniente, según la fuente en el sistema hay una remuneración mediante el recaudo de usuarios del sistema, de quienes pueden asumir el costo del pasaje y contribuyen a una fuente de financiación de tres billones de pesos cada año, recursos que dejaría de recibir para su operación Transmilenio.

¿Es factible cobrar este aporte de manera mensual?

Con respecto en la tarifa que señaló la alcaldesa de la ciudad, de $200.000 pesos, Hidalgo propone que muchos hogares actualmente asumen un presupuesto mensual de 140 o 180 mil en su transporte mensualmente, lo cual sería solo un cambio en la forma de pagar ya no de forma diaria.

Sin embargo, uno de los problemas más grandes del sistema de Transmilenio para las familias de estratos bajos y medios es la calidad del servicio que ya tiene muchas quejas y corre el riesgo de ser peor con una tarifa cero.

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“Al orientar toda la política a tarifa cero podríamos terminar con un servicio transporte gratuito, pero de mucha peor calidad. Algo que no le sirve a nadie, ni a los estratos bajos porque es un pésimo sistema ni a los estratos altos porque no los incentivaría a dejar sus autos particulares”

El analista propone que lo que ha mostrado la evidencia a nivel internacional sobre la aplicación de la tarifa cero es que las personas que van en carro, siguen en carro debido a la calidad de su viaje, experiencia y seguridad.

¿Es conveniente el mecanismo de pago gradual dependiendo los estratos?

Teóricamente es posible que entre todos los hogares se puedan cubrir los seis billones que cuesta el funcionamiento del sistema, mediante un esquema de solidaridad donde los estratos bajos paguen menos o no paguen y los estratos altos realicen aportes mayores en una manera de contribuir a las demás familias.

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Sin embargo, Hidalgo advierte que el centro de la política de movilidad no puede centrarse únicamente una tarifa cero sino en la calidad del servicio que podría convertirse en un sistema gratuito que de igual forma no funcione para las necesidades de los ciudadanos.