Así se ve el carro chino que vale lo mismo que un iPhone 14
El vehículo puede comprarse a través de una página de internet y quienes adquieren más de 10 unidades tienen descuento.
Noticias RCN
07:31 a. m.
La industria automotriz le está apostando a la creación de nuevos vehículos que se ajusten a las necesidades del ambiente, la economía y el espacio. Los carros comunes están siendo reemplazados por los eléctricos que, aunque incrementan su precio, son el inicio de cambios necesarios que la humanidad tendrá que hacer para disminuir los impactos ambientales.
Una muestra de ello es el Chang Li CL-JP, fabricado por Changzhou Xili Vehicle que cuesta 2.192 dólares, es decir, cerca de 10 millones de pesos. Sin embargo, en divisa americana vale lo mismo que un IPhone última generación. Este vehículo se vende a través de Alibaba.com e incluso, si se adquieren más de 10 unidades hay un descuento especial.
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Cuenta con las siguientes características: es eléctrico, tiene dimensiones de 2400 x 1200 x 1620 mm, alcanza una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, tiene un voltaje de 60 voltios, una autonomía de 100 kilómetros, pesa menos de 1.400 kilogramos y es automático. A simple vista es pequeño y se asemeja a un carro de golf. Su capacidad es de máximo cuatro pasajeros, cuenta con dos puertas, frenos de discos, llantas de aluminio y faros de iluminación.
Como es eléctrico, debe ser conectado a un enchufe para que llegue al 100%, una energía que alcanza tras 7 y 10 horas de carga.
Los pros y contra de los vehículos eléctricos
Los autos eléctricos son una tendencia cada vez más adoptada. Como ventaja de estos vehículos se puede resaltar que respetan el medio ambiente, hacen menos ruido, son más económicos si se ven en términos de mantenimiento, pues con las alzas en la gasolina disminuir el consumo del combustible es más rentable; y finalmente, las pólizas de seguro son, por lo general, más baratas porque se busca incentivar la compra de este tipo de carros.
Sin embargo, como hay beneficios, también desventajas. La primera y más evidente es que pierden autonomía porque no permiten recorrer largas distancias. Además de eso, al ser necesario cargarlos hay un margen de espera para su uso, a diferencia de los carros de diésel.
Otro de los problemas es que hay pocos puntos de carga en las calles. Si bien en Bogotá, por ser la capital, hay 41, en ciudades como Bucaramanga solamente hay 3.
Adicional a esto puede hablarse de tres dificultades más: la primera, que el costo de las baterías es excesivamente alto, superando incluso los 1.000 euros. El segundo, que sí contaminan, no en la misma medida que los carros que operan con combustible, pero por funcionar con energía eléctrica hay un mínimo margen de contaminación; y el tercero, que representan menos potencia y velocidad en la conducción porque no alcanzan las revoluciones de un motor convencional.