¿Qué pasa con el sector de la construcción en Colombia que no levanta cabeza? Expertos responden

La construcción en el país no levanta cabeza, a pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional por retomar la dinámica económica que caracterizaba desde hace años al sector, las cifras reveladas por el Dane muestran una realidad muy distinta.

De acuerdo con el informe del crecimiento económico para el segundo trimestre del 2023, los sectores que más cayeron fueron el de manufactura (-4%), construcción (-3,7%), comercio y transporte (-3,2%).

Cifras que respaldan las alertas del gremio por la rotunda caída en las ventas de vivienda en el país, la reducción en el número de nuevos proyectos inmobiliarios y en general, el impacto negativo en el dinamismo comercial del sector en los últimos meses, especialmente en la operación de la vivienda de interés social, tradicionalmente un pilar de esta actividad económica.

De acuerdo con cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), las licencias de construcción cayeron más del 48% para junio de este año.

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Mi casa Ya: ‘el talón de Aquiles’ de la construcción

Para el cierre del 2022 el sector se estableció como una actividad productiva destacada al registrar un incremento anual de 6,4%, frente a las cifras del 2021. En ese momento, la construcción se posicionaba como uno de los impulsores de la economía colombiana y uno de las actividades 'pesadas' que la sostenían en momentos de crisis como la pandemia del covid-19.

Sin embargo, el subsidio de compra de vivienda Mi Casa Ya se convirtió, sin pensarlo, en el punto débil de un sector tan fuerte: en su ‘talón de Aquiles’.

"Los cambios en 'Mi casa Ya' han tenido impacto, al igual que lo han tenido las tasas de interés; pero la falta de programación de los recursos de manera oportuna y la incertidumbre que han generado las nuevas reglas del juego han tenido impacto en el dinamismo comercial y de operación en la vivienda de interés social”, le dijo a Noticias RCN Guillermo Herrera, presidente de Camacol.

Es importante aclarar que el sector se vio fuertemente golpeado por un fenómeno multifactorial, entre el alza en las tasas de interés, el aumento de la inflación, la volatilidad del dólar, que son aspectos que en conjunto desestimulan el negocio para las constructoras debido a los altos costos de producción.

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Sin embargo, el auge de esta problemática se derivó del represamiento en la asignación de subsidios Mi casa Ya, que por meses estancaron el desembolso de créditos hipotecarios de vivienda VIS, por ejemplo, según cifras de Camacol, tan solo en el primer trimestre de este año estos desembolsos cayeron por encima del 79%.

"Desde Camacol hemos advertido que es necesario poner al día Mi casa Ya", Guillermo Herrera

Este represamiento respondió, de acuerdo con el Ministerio de Vivienda, a la falta de recursos que ya habían sido utilizados en la anterior administración, razón por la cual el Gobierno tramitó una adición presupuestal para desbloquear la entrega de subsidios Mi casa Ya y atender la contingencia con la aprobación de recursos para 75.000 hogares, meta que corresponde al año 2023 y que se enfocaba en las familias que estaban esperando desde septiembre del año pasado para firmar escrituras y concluir el proceso de compra, además de cubrir a los colombianos que se postularon para este año al beneficio.

Las cuentas que no cuadran

En abril, siete meses después de la llegada al poder del gobierno actual, se retomó la asignación de dichos subsidios y el desembolso de los recursos, sin embargo, a esa fecha ya muchos hogares habían sido obligados a desistir de su sueño de tener casa propia por los cambios en la política del subsidio.

Al respecto, NoticiasRCN.com consultó a Carlos Benavides, abogado inmobiliario y activista de Mi casa Ya, para conocer el panorama actual del programa.

De esos 75 mil subsidios, a la fecha solamente se han entregado 23.637, es decir que, según la meta de MinVivienda faltan 51.363 hogares por recibir este año el subsidio

Para el experto, el problema de que este proceso no sea ágil radica en que, si esta cantidad de subsidios no se asignan antes de 31 de diciembre las condiciones de los negocios inmobiliarios cambian de un año a otro y se van a elevar los precios de las viviendas, tal y como pasó con muchos hogares que estaban a la espera de la entrega del subsidio desde el año pasado y muchos de ellos debieron finalmente desistir de sus inmuebles.

Lo que vemos con preocupación es que está pasando lo mismo que sucedió en el 2022, donde 18 mil hogares se quedaron sin el subsidio

Para Benavides, esta entrega de subsidios es una carrera contra reloj, que tiene las semanas contadas (alrededor de 20) y teniendo en cuenta el ritmo de entrega que se ha tenido desde el reinicio de las asignaciones, las cuentas no cuadran.

Mientras en cuatro meses de entregas continuas no se ha otorgado ni la tercera parte de la meta para el año en curso (75.000 subsidios), se espera que en los próximos cuatro meses y medio restantes se debe agilizar el proceso para más del 65% faltante (51.363 personas). 

La alerta que envía el experto es que los hogares que no reciban este año su asignación y firmen el acuerdo con la inmobiliaria, corren el riesgo de sufrir un incremento en el costo de su vivienda, teniendo en cuenta que ahora el costo de la vivienda está atado al aumento del SMLMV.

Por ejemplo, hoy el salario mínimo se ubica en $1.160.000 y digamos que suba un 10% para el 2024, a una familia que este año el inmueble le vale en promedio $174 millones, se le subiría un 10% más, es decir, cerca de $17 millones más. Un incremento que muchos hogares no podrán sostener y podrían desistir de su negocio, tal como pasó este año