Familia colombiana inició vendiendo helados en su casa y ahora abrirán tiendas en EE. UU. y Medio Oriente

Foto: Freepik

Lo que comenzó como una pequeña venta de productos en el patio de una casa en Zipaquirá ha evolucionado hacia una ambiciosa empresa con aspiraciones globales.


Noticias RCN

ago 07 de 2024
11:50 a. m.

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San Jerónimo, una marca de helados colombiana que nació en el patio de una casa en Zipaquirá, está en vías de conquistar mercados internacionales. Fundada por una familia trabajadora del país comenzó modestamente con helados hechos a base de jugos congelados. Hoy en día, San Jerónimo ha crecido hasta producir más de 22.000 helados diarios y está a punto de expandir su presencia a Estados Unidos y el Medio Oriente.

El origen humilde y el crecimiento imparable de los helados de San Jerónimo

La historia de San Jerónimo comenzó en la década de 1960, cuando María Asceneth comenzó a congelar jugos de frutas para sus hijos y, eventualmente, decidió venderlos. En 1965, la familia Cabrera Baquero adquirió un pequeño local en el kilómetro 20 de la vía Bogotá-Cajicá, donde inicialmente también operaban un taller de lubricantes. Con el tiempo, el negocio de helados se hizo tan prominente que la familia optó por dedicar el espacio exclusivamente a los productos congelados.

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Gustavo Cabrera, hijo de María Asceneth, recordó para Forbes, cómo la idea de vender helados surgió tras una sugerencia de una vecina. La primera tienda, que vendía helados a 30 centavos cada uno, se convirtió rápidamente en un éxito local.

Superación de crisis y expansión internacional de los helados de San Jerónimo

San Jerónimo enfrentó varias dificultades a lo largo de su trayectoria, incluyendo crisis financieras y amenazas durante períodos de violencia en Colombia. A pesar de estos desafíos, la empresa persistió, y en 2018, la familia decidió fortalecer su estructura corporativa para facilitar su expansión internacional. La compañía contrató un nuevo líder para gestionar la operación y comenzó a preparar su entrada en mercados como Estados Unidos, Canadá y Emiratos Árabes Unidos.

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Desde su origen, la empresa se ha enfocado en utilizar frutas frescas y naturales, y la operación sigue siendo centralizada en la fábrica de Cajicá para asegurar la consistencia del producto. La calidad de sus helados ha sido reconocida internacionalmente, como lo demuestra el Trofeo Internacional a la Calidad en Alimentos y Bebidas recibido en Barcelona en 1992.

La proyección futura y el legado familiar de los helados de San Jerónimo

Con 928 congeladores en el país y una venta de 2.5 millones de helados en 2023, San Jerónimo está bien posicionada para su expansión global. La empresa familiar sigue funcionando como tal, con miembros de la familia Cabrera Baquero trabajando juntos para preservar el legado de María Asceneth.

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La marca planea que sus primeros productos lleguen a Estados Unidos y el Medio Oriente en 2024. El sueño de la familia es que San Jerónimo no solo continúe siendo un ícono de la cultura colombiana, sino que también conquiste el corazón de los consumidores internacionales, llevando un pedazo de Colombia al mundo.

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