Víctimas de la violencia apuestan por una nueva fuente de ingresos protegiendo los bosques, ¿cómo?

Colombia se ha convertido en un país con potencial en el mercado de créditos de carbono, una industria que busca impactar el medioambiente por medio de acciones climáticas a través de proyectos y soluciones con triple impacto: ambiental, social y económico.

“Colombia es la primera reserva de biodiversidad per cápita el mundo y eso permite tener una alta calidad en proyectos de conservación y restauración, afirmó Alexis Leroy, CEO de Allcot.

La empresa Allcot trabaja con comunidades, organizaciones y gobiernos de todo el mundo en acciones climáticas para acelerar la transición a Net Zero (carbono neutralidad). Allcot ha desarrollado 254 proyectos, la mayoría de ellos ubicados en África, América Latina y el Caribe, pero también en Europa y Asia.

¿Qué son los créditos de carbono?

Los créditos de carbono son uno de los mecanismos establecidos en el Artículo 6 del Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la mitigación del cambio climático. Dichos créditos se miden por medio de unidades que representan una reducción o eliminación de una tonelada métrica de dióxido de carbono (CO2) u otras emisiones de gases de efecto invernadero.

El mecanismo permite que las comunidades que habitan, protegen y restauran ecosistemas como bosques o manglares, implementen proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y reciban a cambio beneficios económicos, productivos y medioambientales.

Estos proyectos deben cumplir con estándares internacionales y por eso, normalmente las comunidades se asocian con desarrolladores expertos, como ALLCOT, que se encargan de cumplir con todos los parámetros que exigen los estándares y de hacer las inversiones iniciales.

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Los proyectos de reducción de emisiones deben ser verificados y certificados por entidades acreditadas para garantizar que cumplan con los estándares establecidos, estas entidades evalúan la metodología utilizada, la medición y el seguimiento de las emisiones reducidas. Una vez que los proyectos han sido certificados, los créditos de carbono generados se pueden vender

Estos son comprados por empresas o países que producen grandes cantidades de CO2 con el objetivo de compensar sus propias emisiones, cumplir con requisitos regulatorios o alcanzar las metas internacionales acordadas para la reducción de emisiones, un campo en el que Colombia tiene grandes oportunidades.

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Las comunidades colombianas son muy conscientes de lo que tienen y la posibilidad de generar recursos a través de los créditos de carbono, que al fin y al cabo son elementos financieros que permiten crear proyectos positivos como el del Sur de Meta que se han convertido en conservadores del ecosistema, sostuvo Leroy.

Miles de familias victimas del conflicto se convirtieron en guardabosques en el Meta

Uno de los proyctos estrella de Allcot, se ubica en el sur del departamento del Meta, donde 1200 familias víctimas de la violencia decidieron salir adelante cuidando el bosque y desarrollando proyectos productivos y sostenibles mientras ayudan a combatir el cambio climático, ¿cómo?

Estos campesinos dueños de la tierra, provenientes de cuatro municipios del Sur del Meta (Vistahermosa, Puerto Rico, Puerto Concordia y Puerto Lleras) decidieron proteger un área de 77 mil hectáreas de bosques amazónicos. A cambio de su trabajo, reciben los recursos provenientes de la venta de créditos de carbono y los reinvierten para generar proyectos de ganadería sostenible creando empleo y progreso económico en la región.

El acercamiento con las comunidades es un trabajo difícil, normalmente son territorios que han tenido un historial complicado, pero para que los proyectos sean sólidos hemos visto la necesidad de capacitar a las comunidades y que ellas se empoderen del proyecto, afirmó Alexis Leroy.

Hace algunos años, estas familias solamente tenían como opción de vida tumbar la selva para hacer cultivos y tener ganadería extensiva. Como consecuencia, el sur del departamento del Meta es, según el IDEAM, una de las zonas con una de las mayores cifras de deforestación del país.

El proyecto desarrollado actuamente al sur del Meta llamado "Bosques de Paz y Sustento de Vida"busca reducir 11 millones de toneladas de carbono en 30 años y más del 60% de los ingresos llegan directamente a la comunidad que participa en el proyecto, generando rendimientos para las familias, para la productividad de la región y para el medioambiente.

Sin embargo, los beneficios van mucho más allá de lo económico, porque las comunidades mejoran su calidad de vida al conservar o restablecer los ecosistemas, mejorando la calidad del agua y del aire y por consiguiente las condiciones de salud.

Además, los beneficios para el ecosistema son innumerables, la conservación de los bosques mejora la biodiversidad y en este caso permite la supervivencia de especies endémicas de la zona como el jaguar y la nutria gigante. También reduce las emisiones de gases efecto invernadero que se producen con la tala de los bosques.

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Este tipo de proyectos se basa en una relación de ganancia mutua, pues los recursos provenientes de la venta de créditos de carbono se reinvierten en proyectos productivos sostenibles que generan oportunidades económicas a largo plazo para las comunidades y promueven una economía baja en carbono.