Activistas se oponen a construcción en Canadá: el terreno podría esconder restos de niños indígenas
Un grupo de mujeres están luchando para detener el avance de un proyecto de la Universidad McGill, alegando que el sitio en Montreal podría contener tumbas de niños indígenas desaparecidos hace más de seis décadas.
AFP
07:47 p. m.
En Montreal, el debate sobre un proyecto de construcción de la Universidad McGill ha captado la atención nacional debido a las preocupaciones de un grupo de mujeres mohawk sobre posibles restos de niños indígenas desaparecidos.
Estas activistas, con el apoyo de su comunidad y de grupos de derechos indígenas, sostienen que el terreno donde se está llevando a cabo la construcción podría ser el lugar de tumbas no marcadas de niños que fueron internados en instituciones médicas y psiquiátricas en las décadas de 1950 y 1960.
Un terreno donde se construirá una universidad de Canadá resguardaría restos de niños indígenas
Desde hace dos años, un grupo de mujeres mohawk ha estado en pie de guerra contra el proyecto de construcción de un nuevo campus universitario y un centro de investigación de la Universidad McGill en Montreal.
Este proyecto, respaldado por el gobierno provincial de Quebec, ha sido objeto de una batalla legal y pública debido a las sospechas de que el terreno en cuestión podría contener restos de niños indígenas desaparecidos que estuvieron en el Royal Victoria Hospital y el Allan Memorial Institute, un hospital psiquiátrico cercano.
Kahentinetha, una activista de 85 años de la comunidad mohawk de Kahnawake, ha liderado el esfuerzo para detener el avance de la construcción. Ella y su grupo han basado sus preocupaciones en documentos históricos, testimonios de antiguos internos y registros oficiales que sugieren que el sitio podría ocultar tumbas de niños indígenas que fueron sometidos a abusos y experimentos médicos.
En ese terreno niños indígenas fueron usados para experimentos médicos
Según su relato, el Royal Victoria Hospital y el Allan Memorial Institute fueron lugares de experimentación durante las décadas de 1950 y 1960, en el contexto del controvertido programa MK Ultra, financiado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
El programa MK Ultra, que operó durante la Guerra Fría, tenía como objetivo desarrollar técnicas de control mental y fármacos para el lavado de cerebro. Los experimentos realizados incluyeron el uso de electroshocks, drogas alucinógenas y privación sensorial en sujetos humanos, incluidos niños indígenas.
Nos quitaron a nuestros hijos y les hicieron todo tipo de cosas. Estaban sometiéndolos a experimentos.
Ella califica esta lucha como "la más importante de su vida" y ha viajado a Gran Bretaña y Estados Unidos para denunciar el colonialismo y buscar justicia.
En 2022, las activistas lograron obtener una orden judicial para suspender temporalmente las obras de construcción, valoradas en unos 643 millones de dólares estadounidenses.
Esta medida permitió la realización de investigaciones adicionales en el terreno utilizando perros rastreadores y sondas especializadas y en medio de esto, los equipos de búsqueda identificaron tres áreas de interés que podrían contener restos humanos, lo que avivó las esperanzas de las activistas.
Sin embargo, tanto la Universidad McGill como la Société Québécoise des Infrastructures (SQI), encargada del proyecto de construcción, han declarado que "no se han encontrado restos humanos" durante las excavaciones.
Tras esto, las madres mohawk han acusado a estas instituciones de incumplir un acuerdo previo al elegir a los arqueólogos que llevaron a cabo la búsqueda y al concluir la investigación de manera prematura.
Philippe Blouin, un antropólogo que apoya la causa, criticó que las instituciones responsables de la investigación hayan tenido el control sobre el proceso, a pesar de que se sospecha que podrían estar implicadas en los crímenes del pasado.
Cabe mencionar que, el caso se inscribe en un contexto de creciente conciencia en Canadá sobre las atrocidades cometidas contra los pueblos indígenas en el pasado, en donde el informe de verdad y reconciliación de 2015 había calificado el sistema de internados indígenas como un "genocidio cultural".
Entre 1831 y 1996, aproximadamente 150.000 niños indígenas fueron retirados de sus hogares y enviados a 139 internados, muchos de los cuales nunca regresaron a sus comunidades de origen.
El descubrimiento en mayo de 2021 de tumbas anónimas de 215 niños en la Escuela Residencial Indígena de Kamloops en Columbia Británica impulsó una reflexión nacional sobre este sombrío capítulo de la historia canadiense.
Este hallazgo también llevó a una búsqueda más amplia de tumbas en todo el país, revelando la magnitud de los abusos sufridos por las comunidades indígenas.