¿Cómo funciona la cárcel de El Salvador que le ha generado críticas a Nayib Bukele por el trato a los reclusos?

En días anteriores, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inauguró el Centro de Confinamiento del Terrorismo, la cárcel más grande de América, diseñada para resguardar a 40.000 criminales. Durante el pasado fin de semana, se realizó el primer traslado de 2.000 pandilleros a este recinto, y el mandatario salvadoreño señaló que allí vivirán "por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población".

Sin embargo, la construcción de este masivo centro de reclusión, el cual fue hecho en el marco de la "guerra contra el crimen organizado" de Bukele, no ha estado exenta de polémicas ni críticas.

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La organización Human Rights Watch denunció que este centro de reclusión tiene unas condiciones de "hacinamiento extremo" como consecuencia de las detenciones sin orden judicial de los reclusos.

Sin embargo, como respuesta a estas críticas, el propio Nayib Bukele salió a declarar lo siguiente: 

Pobrecitos los criminales, pobrecitos cómo les estamos violando sus derechos en las cárceles; pobrecitos cómo les quitaron las colchonetas..., pero no dijeron nada cuando ellos les quitaron la vida a los salvadoreños.

El presidente resaltó además que las personas que están allí recluidas son miembros de las pandillas que asediaban a El Salvador. “Cada negocio que abre van y le ponen extorsión (las pandillas), o como ellos le llaman, renta, negocios pequeños que tienen que pagar 50, 70, 100 dólares de extorsión a esos vagos, que lo único que hacen es matar, amedrentar y asesinar”, sostuvo el mandatario.

¿Cómo funciona el Centro de Confinamiento del Terrorismo?

Esta cárcel se destaca por sus rigurosos controles de ingreso, así como la máxima seguridad que tiene para mantener recluidos a los pandilleros capturados.

Se encuentra ubicada en una zona rural a 74 kilómetros de San Salvador, capital del país. Está construida sobre 166 hectáreas compradas por el Estado. Hay ocho pabellones dentro de un perímetro rodeado por un metro de 11 metros de altura y 2.1 kilómetros de largo, el cual está protegido también por alambres electrificados.

El procedimiento de ingreso, tanto para los reclusos, como para personal de seguridad y administrativo del recinto, consta de una zona de registro, posterior a eso deben pasar por tres portones fortificados que controlan los guardias de seguridad. Además, hay un escáner corporal para los reclusos, quienes después deben pasar por un área de registro donde se les tomarán fotografías.

La vigilancia de los muros perimetrales de la prisión consta de 600 soldados y 250 policías, dividiéndose en turnos de día y noche. En el interior de la cárcel, la vigilancia está a cargo de guardias de la Dirección General de Centros Penales.

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El control de los servicios de agua y electricidad están a cargo de los guardias, evitando así que los internos no tengan capacidad de manipularlos. Los techos ayudan a garantizar una ventilación natural para los presos gracias a su forma curva.

Hay ocho pabellones en la cárcel, cada uno con un área de 6.000 metros cuadrados. Cada uno de estos constan de 32 celdas con barrotes de acero, donde se alojarán cerca de un centenar de pandilleros. Los reclusos disponen de cerca de 100 metros cuadrados, donde hay dos albercas de agua para el aseo personal, dos inodoros, así como camarotes de láminas de hierro sin colchon para las 80 personas de la celda.

En caso de mala conducta por parte de los internos, serán llevados a las denominadas "celdas de castigo", las cuales son oscuras y sin ventanas.