"Bienvenidos al infierno": así son las torturas que se viven en la cárcel de El Salvador
Los reclusos revelaron golpes, castigos, comida podrida y aislamiento total.
Noticias RCN
07:22 p. m.
Lo que para cientos de migrantes venezolanos comenzó como un intento por escapar de la pobreza y buscar oportunidades en Estados Unidos, terminó convertido en una experiencia de tortura y encierro.
En marzo de 2024, 252 venezolanos fueron detenidos en EE. UU. sin pruebas ni juicio y luego deportados a El Salvador bajo una antigua ley para “enemigos extranjeros”.
Una vez allí, fueron ingresados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la megacárcel construida por el presidente Nayib Bukele para recluir a pandilleros salvadoreños.
A su regreso a Venezuela, los migrantes relataron en detalle lo vivido en el penal: golpizas diarias, aislamiento extremo, comida en descomposición, castigos físicos y psicológicos, celdas sin ventilación y represión violenta durante motines.
¿Cómo viven los presos en la cárcel de El Salvador?
Mervin Yamarte, de 29 años, partió de Maracaibo rumbo a Estados Unidos en 2023 con la ilusión de ayudar a su familia. Trabajaba en una tortillería en Texas hasta que fue arrestado el 13 de marzo.
Dos días después fue trasladado, junto a otros venezolanos, a El Salvador sin proceso judicial. A todos los acusaron, sin pruebas, de pertenecer al Tren de Aragua, una organización criminal originada en Venezuela. En realidad, la mayoría no tenía antecedentes penales, como reconocieron autoridades venezolanas.
Era totalmente una tortura lo que estábamos recibiendo. Tengo muchas marcas en el cuerpo.
Lo primero que hizo al llegar fue abrazar a su hija y quemar los shorts blancos que le dieron en la cárcel, símbolo del sufrimiento vivido durante los cuatro meses de encierro.
"Bienvenidos al infierno": la frase de su ingreso
El Cecot es una prisión de máxima seguridad ubicada a 75 kilómetros de San Salvador. Allí, según los testimonios, los migrantes fueron recibidos con una frase que no olvidarían:
Bienvenidos al infierno.
Fueron encadenados, rapados, golpeados, y encerrados en celdas con hasta 80 personas. El pabellón 8, donde los ubicaron, tiene 32 celdas de 100 metros cuadrados, sin acceso a prensa, internet, llamadas, visitas ni abogados.
Las palizas eran constantes. Algunos migrantes, como Maikel Olivera y Andy Perozo, relataron que eran golpeados incluso cuando pedían atención médica.
Cada vez que iba al médico, lo que hacían era golpearme.
Otros, como Edwuar Hernández, confesaron que fingían estar curados para evitar ser sacados a la enfermería y volver a recibir agresiones.
Los motines que se presentan al interior de la cárcel de Bukele
También hubo motines dentro del penal. El primero se desató luego de una golpiza a uno de los internos, que terminó inconsciente.
El segundo ocurrió cuando los carceleros agredieron violentamente a otro compañero. Los presos rompieron candados y protestaron. La respuesta de los guardias fue el uso de balas de goma y gases lacrimógenos dentro de las celdas. Varios migrantes mostraron las marcas en su cuerpo.
La alimentación era deficiente y en mal estado. Arroz, frijoles, pasta y tortillas en descomposición eran el menú diario.
No podíamos estar descalzos por los hongos que nos salían. Te forraban los pies.
El acceso al baño era limitado y la higiene, nula.
Las celdas de castigo eran de apenas 4 metros cuadrados, sin ventilación. Algunos no resistían ni dos horas antes de desmayarse. A pesar de la represión, los venezolanos intentaban distraerse creando dados con masa de tortilla y marcando los días en trozos de jabón. Nunca fueron mezclados con los pandilleros salvadoreños.
¿En qué consistió el acuerdo entre EE. UU. y El Salvador?
El acuerdo entre Estados Unidos y El Salvador que permitió el traslado de los 252 migrantes no fue público, pero el presidente Bukele aseguró que su país recibió seis millones de dólares por albergarlos en el Cecot.
El gobierno venezolano denunció que el trato fue parte de una negociación secreta que culminó en el intercambio de los migrantes por 10 ciudadanos y residentes estadounidenses presos en Venezuela, a quienes Caracas señalaba de ser “terroristas” y “mercenarios”.
El fiscal general venezolano, Tarek William Saab, anunció una investigación formal contra el presidente salvadoreño por torturas y tratos inhumanos. Durante una rueda de prensa, se presentaron testimonios que también incluían denuncias de violencia sexual.
Finalmente, a su llegada a Venezuela, la mayoría de los deportados fueron liberados tras ser vacunados y prestar declaración ante fiscales. Solo un pequeño grupo con antecedentes penales quedó retenido.