Condenan a prisión a los hombres que talaron el árbol más famoso de Inglaterra
Recibieron más de cuatro años de cárcel por cortar el icónico árbol del Muro de Adriano, inmortalizado en la película ‘Robin Hood’.
AFP
09:36 p. m.
Dos hombres fueron condenados este martes 15 de julio a cuatro años y tres meses de prisión por un tribunal en Newcastle, noreste de Inglaterra, tras ser hallados culpables de talar el ‘Sycamore Gap Tree’, considerado el árbol más emblemático del país.
El acto de vandalismo, cometido en septiembre de 2023, provocó una ola de indignación nacional y conmoción entre ambientalistas, cinéfilos y ciudadanos.
Los responsables, Daniel Graham, de 39 años, y Adam Carruthers, de 32, nunca explicaron por qué cortaron con una motosierra el majestuoso arce que aparecía junto al histórico Muro de Adriano y que alcanzó fama internacional por su presencia en la película ‘Robin Hood: Príncipe de los ladrones’ de 1991, protagonizada por Kevin Costner.
Talado el árbol de Robin Hood: crimen ambiental y cultural en Inglaterra
El ‘Sycamore Gap Tree’ se alzaba cerca de Crag Lough, en Northumberland, y era un símbolo tanto del patrimonio natural como del histórico de la región.
Su destrucción fue calificada como una "misión estúpida" por el fiscal Richard Wright, quien aseguró que el daño causado no solo fue emocional sino también económico: asciende al menos a 458.000 libras, es decir, al menos unos 616 mil dólares.
La jueza Christina Lambert, al dictar sentencia, subrayó que los acusados actuaron con “un alto grado de planificación y preparación”.
La noche del crimen caminaron durante 20 minutos en la oscuridad, uno grabó al otro mientras talaba el árbol y luego se compartieron el video, otra de las acciones que más causó indignación fue que los hombres se llevaron un trozo del tronco como trofeo.
El Muro de Adriano también resultó afectado por el acto vandálico
La caída del árbol impactó directamente el Muro de Adriano, una construcción romana de más de 135 kilómetros declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este daño adicional agravó la indignación pública y reforzó la gravedad de los cargos.
Ambos hombres, que al principio se culparon mutuamente y negaron su responsabilidad, terminaron confesando.
Según uno de ellos, estaban ebrios la noche de los hechos, argumento que no fue suficiente para suavizar la condena, pero dentro del caso se conoció que al día siguiente del ataque los dos acusados habrían celebrado la atención mediática recibida y se enviaron mensajes felicitándose por haber causado revuelo.