El presidente Petro en Caracas: los retos que tendrá en las relaciones con un autócrata
Un informe reciente de Derechos Humanos en la ONU denunció numerosas violaciones. Más de 60 emisoras fueron cerradas por decisión del Gobierno venezolano.
Noticias RCN
06:41 a. m.
El presidente Gustavo Petro viajó a Caracas. Lo que no parecía posible desde hace varios años lo presenciaron los periodistas y representantes de ambos países ayer en Miraflores. Ambos vestidos de blanco en un mensaje claro de paz y restablecimiento de relaciones en todo el sentido de la afirmación. No solo relaciones comerciales, sino políticas.
La relación que precede a Maduro y Petro antes de la reunión tiene bemoles. El presidente fue acusado por Diosdado Cabello en 2018 de darles la espalda. "Yo creo que lo mejor para Colombia es que gane Duque. Ahora Petro no quiere saber nada del Chavismo, Chávez le hiede, Nicolás también. Por eso es que no ganan y los pueblos los condenan; por ser una guavina, llegan a ser lo que son. Aquí vino ese señor Petro a pedir apoyo a su campaña y ahora los chavistas le hieden, por eso es que no va a ganar nunca. Porque los pueblos desprecian a los cobardes". La ironía no es tan lejana. Sucedió en noviembre de 2018, cuando Iván Duque ganó las elecciones de entonces.
Sin embargo, los problemas personales en política son fácilmente superables y el tono de Cabello, uno de los lugartenientes más importantes del chavismo en Venezuela, ya cambió. Ahora, el presidente Petro tiene el reto de mantener una relación diplomática abierta y directa por los más de 2.000 kilómetros de frontera que comparten ambos países, pero lo suficientemente distante para no verse ni en las formas ni en el fondo como un cómplice de los excesos de un Gobierno que es considerado por numerosas organizaciones y actores como una dictadura.
El viaje ocurre solo unos días después de que la Sociedad Interamericana de Prensa denunció varios hechos graves de abuso del poder frente al periodismo en Venezuela. Y el Sindicato Nacional de Trabajadores expuso el cierre de más de 70 emisoras en varios estados de ese país por decisión de un organismo de Gobierno. Una de las condiciones sine qua non para que se pueda hablar del concepto de democracia en cualquier nación, es la libertad de prensa, algo que está lejos de ocurrir en ese país.
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Las denuncias de Naciones Unidas
Pero lo más grave es un informe reciente de la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El titular del documento que se encuentra publicado en la página de la ONU es un buen resumen de la gravedad de los hechos. "Nuevo informe de la ONU detalla las responsabilidades por crímenes de lesa humanidad para reprimir a la disidencia y pone la lupa en la situación en las zonas mineras remotas".
La primera conclusión que sigue es aterradora. "Los organismos de inteligencia del Estado de Venezuela, tanto civiles como militares, funcionan como estructuras bien coordinadas y eficaces para la ejecución de un plan, orquestado desde los niveles más altos del gobierno, para reprimir la disidencia mediante la comisión de crímenes de lesa humanidad", dice la ONU.
El informe da cuenta de graves violaciones a los Derechos Humanos a perseguidos políticos y tratos que van en contra de la dignidad humana en las cárceles, entre otras, por cuenta de la persecución de las altas oficinas de inteligencia militar y del Gobierno. Se incluyen actos de violencia sexual y tortura.
Pero, además, se calcula que alrededor de 5 o 6 millones de personas han abandonado ese país en una de las mayores crisis humanitarias del mundo moderno. Colombia ha recibido alrededor de 2 millones de ciudadanos venezolanos y esa es justamente una de las razones por las que es importante que el presidente Petro establezca conexiones.
Mauricio Jaramillo, profesor de la Universidad El Rosario y doctor en Relaciones Internacionales, le dijo a NoticiasRCN.com que el Gobierno está haciendo lo correcto. "Petro y Maduro no tienen identidad ideológica. Petro tiene más identidad ideológica con Biden en la política de la transformación energética. Pero Colombia tiene que tener relaciones con Venezuela para controlar todos los problemas de la frontera y de hecho tratar de llevar a Venezuela hacia los organismos multilaterales", dijo Jaramillo.
Justamente, las últimas elecciones en las que ganó la oposición en Venezuela en el legislativo sucedieron en 2015 con la presencia de Colombia como garante electoral. Y el país necesita recuperar la cooperación judicial para perseguir a criminales que atraviesen la frontera de uno u otro lado.
El presidente tiene la intención de lograr llevar a Venezuela hacia el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y cambiar la política del ostracismo con ese Gobierno en la región. Además, el contexto lo permite. Con las elecciones en Brasil, el poder en Argentina, Chile y Colombia, Sur América ya se consolida como un bloque de naciones de tendencia política progresista que le hará más fácil el camino a Maduro.
El reto para el presidente será cómo mostrarse independiente para no verse como cómplice de los excesos del gobierno venezolano que consolida ya más de 20 años en el poder. Y lograr así retomar las relaciones en lo que Colombia necesita como prioridad, por ejemplo, las negociaciones del ELN que tendrán como sede ese país, la intención de retomar el control de Monómeros y la situación con los migrantes en Necoclí.
La profesora Nastassja Rojas, de la Universidad Javeriana, considera que el Gobierno tiene la posibilidad de ser crítico con las violaciones a Derechos Humanos, tal como lo ha hecho el presidente de Chile, Gabriel Boric, a pesar de ser de izquierda y tener un programa de gobierno progresista. "Maduro es un autócrata y tiene responsabilidad sobre hechos muy graves en Venezuela. Debe haber una mirada independiente que permita criticar cuando es deber hacerlo", afirmó.
La conclusión es que luego de años de no tener ningún tipo de relación diplomática, política o comercial por decisión del expresidente Iván Duque, es bueno que el Gobierno actual retome canales directos con Venezuela. Pero el presidente deberá apartarse de los excesos y saber que las formas y los símbolos comunican. Lo que no pueden comunicar es complacencia con el autoritarismo y las conductas antidemocráticas.