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'Manitas de Plata', la última gran joya del flamenco

El músico había perdido autonomía y vivía en una casa de salud desde agosto pasado.


Noticias RCN

nov 06 de 2014
10:25 a. m.

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'Manitas de Plata', uno de los artistas más grandes de la música gitana y flamenca, falleció a los 93 años en una casa de salud del sur de Francia.

"Mi padre murió de viejo, rodeado por sus familiares", dijo su hija y tutora, Françoise.

El guitarrista gitano, cuyo verdadero nombre era Ricardo Baliardo, nació el 7 de agosto de 1921 en Sete, una pequeña población francesa del distrito de Montpellier.

Un  tío habría sido el responsable de que Baliardo eligiera el camino de la música, siendo además quien le puso el apodo que lo acompañó en toda su carrera artística: 'Manitas de Plata'.

Sucesor de Django Reinhardt, 'Manitas de Plata', que no sabía leer ni escribir y firmaba con mayúsculas, actuó en los principales teatros del mundo.

Su amor por la música flamenca empezó gracias a las peregrinaciones a Saintes-Maries-de-la-Mer, una reunión que congrega a los gitanos en la Camarga (región del sureste francés) desde principios de los años 1960.

Durante mucho tiempo no quiso oír hablar de viajes, sin embargo, el fotógrafo Lucien Clergue termina convenciéndolo de ir a tocar a Nueva York luego de que los norteamericanos viajaran hasta el sur de Francia para grabarlo.

Instantes mágicos

El último concierto de Baliardo fue en 2010 con la apertura de la Feria de la vendimia de Nimes, en donde lo acompañaron una treintena de guitarristas.

Desde entonces se entregó a los problemas de salud y se dedicó a ver pasar la vida sentado en un sillón. 

Otras veces le volvían las ganas, tomaba una guitarra y frente a un grupo de privilegiados dejaba correr sobre las cuerdas sus dedos endurecidos por el reuma.

'Manitas de Plata', que vivía como un playboy y salía a conquistar mujeres al volante de su Rolls Royce, reconoció a 13 hijos.

El artista, que según sus conocidos mantenía cerca de 80 personas entre mujeres, niños, tíos y sobrinos, llegó solitario y pobre a sus últimos días.

Fue amigo de Pablo Picasso -a quien llamaba "papá”-, de Salvador Dali y de Jean Cocteau. Vivía en el caos de su apartamento minúsculo de La Grande Motte (Hérault) frente al mar, rodeado de una muchedumbre de objetos, incluyendo siete guitarras y un disco de oro quebrado.

No estaba nunca solo porque siempre hubo una joven a su lado para acompañarlo. La última se llamaba Nathalie.

"Vivía en La Grande Motte desde hacía varios años. A veces salía a tomar algo en los bares de la costa pero estaba cada vez más débil", comentó el alcalde de la ciudad Stephan Rossignol.

AFP

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