Medio ambiente, el gran protagonista del G7 este año

El pasado mayo los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón), adoptaron una carta no vinculante en la que se comprometieron a defender la biodiversidad.

Los países que integran el G7 apoyan las medidas proteccionistas con el medio ambiente, mientras que Estados Unidos se muestra distante.


Noticias RCN

ago 21 de 2019
10:08 a. m.

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La cumbre de los países del G7 que se celebrará entre el 24 y el 26 de agosto en Biarritz (Francia) volverá a revelar las divergencias que en materia de clima mantienen Estados Unidos y el resto, ya constatadas en previas reuniones donde Washington se desmarcó de casi todos los compromisos.

Francia, que ocupa la presidencia de turno del G7, quiere centrar las discusiones medioambientales, que se desarrollarán el lunes 26, en la reducción de las desigualdades en el área medioambiental, fijando como prioridad la protección del planeta "a través de una transición ecológica justa que preserve la biodiversidad y los océanos".

Avanzan los preparativos de seguridad para recibir a los mandatarios en Francia. Foto: EFE.

El desmarque de la mayor economía mundial, Estados Unidos, en el ámbito medioambiental se hizo definitivo en 2017, cuando Washington se retiró unilateralmente del Acuerdo de París de 2015, por el que los países firmantes acordaron limitar el aumento de las temperaturas a menos de dos grados centígrados con respecto a las preindustriales.

Desde entonces, en las distintas cumbres internacionales donde se ha tratado de avanzar, Washington ha evitado sumarse a las declaraciones en ese ámbito.

El pasado mayo, en una reunión preparatoria de la cumbre de Biarritz, los ministros de Medio Ambiente de los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón), adoptaron una carta no vinculante en la que se comprometieron a defender la biodiversidad.

En el texto, respaldado por todos, se reconocían "los vínculos entre la protección del medio ambiente, el crecimiento económico y las desigualdades", así como que "los más pobres dependen de forma desproporcionada de la biodiversidad".

Los países decían que "conscientes de nuestro papel y de nuestra responsabilidad (...), reconocemos la necesidad de medidas transformadoras, a la altura del desafío mundial que plantea la biodiversidad, y estamos decididos a asumir nuestra parte de la tarea".

Sin embargo, el documento no escapó a las divergencias mostradas por Estados Unidos, desde que llegó Donald Trump a la Casa Blanca.

Para sacarlo adelante los otros países aceptaron un punto que decía que "EE.UU. reitera su intención de retirarse del Acuerdo de París (sobre el clima) y reafirma su firme voluntad de promover el crecimiento económico, la seguridad y el acceso energéticos, y la protección del medio ambiente".

En la misma línea, según fuentes europeas, de la cumbre de Biarritz saldrá, en el ámbito del clima y la biodiversidad, un "documento" que previsiblemente será respaldado por los distintos países pero "no necesariamente por el G7" en su totalidad y que podría incluir "reservas" por parte de Estados Unidos.

Trump ha utilizado las protestas de los chalecos amarillos en Francia como queja por la subida de impuestos a carburantes para justificar la salida de Estados Unidos del acuerdo de París contra el cambio climático.

"El Acuerdo de París no está funcionando demasiado bien para París. Hay protestas y disturbios en toda Francia. La gente no quiere pagar sumas enormes de dinero, en muchos casos a países del tercer mundo (que están dirigidos de forma cuestionable), para quizá proteger el medioambiente", escribió Trump el pasado diciembre.

"¿Quizá es hora de acabar con el ridículo y extremadamente caro Acuerdo de París y devolver el dinero a la gente en forma de impuestos más bajos?", llegó a decir el mandatario estadounidense.

Dharmendra Kanani, analista para la organización ecologista "Friends of Europe", señaló este martes que la cumbre será "un aperitivo de lo que vamos a ver en los próximos años en el contexto de caos creado por Trump, especialmente en términos de geopolítica, comercio y seguridad".

"Dada la movilización popular por la necesidad de actuar sobre el cambio climático, el G7 tiene la oportunidad de mostrar fuerza y de liderar con el ejemplo", señaló la experta.

No obstante, dijo, los ecologistas temen que "el establecimiento de objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de carbono y abordar los combustibles fósiles sean finalmente rebajados, diluidos o esquivados".

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