Monja aseguró un cura la “manipuló” y abuso de ella

La religiosa acusó un cura francés de perpetrar varios abusos en su contra, incluida la violación sexual.


Noticias RCN

feb 08 de 2019
01:21 p. m.

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Las declaraciones de la monja identificada como Claire Maximova, llegan tras el anuncio del papa Francisco, quien reconoció que curas y obispos agredieron sexualmente a religiosas. El líder de la iglesia católica, expresó su voluntad de avanzar en las investigaciones de estos abusos. 
Esas declaraciones son "una esperanza" pero "hay mucho por hacer", según Claire Maximova, ex hermana que contó su historia en un libro, "La tiranía del silencio".
Claire Maximova nació en Ucrania y llegó a Francia con 23 años para unirse a una escuela de evangelización antes de entrar en las carmelitas. En un monasterio que "agonizaba" perdió pie y tenía el sentimiento de que se limitaban todas sus iniciativas.
"Estaba completamente aplastada, perdí mi personalidad", aseguró la mujer.
Maximova conoció entonces a un cura, con quien habría encontrado un apoyo espiritual. Hasta el día en que intentó besarla, según expresó en sus declaraciones.
La mujer cesó entonces todo contacto con el cura, pero dos años más tarde, cuando encontró un trabajo en el exterior, volvió a verlo.
“Vulnerable, aislada, le llegué en bandeja", reveló. Según su relato, le perpetró entonces agresiones sexuales, hasta la violación, durante un periodo de año y medio. "Cada vez me dijo que era la última vez".
En sus cartas "leía lo que me convenía y cerraba los ojos sobre lo que no me convenía, simplemente porque no tenía elección", aseguró.
"Entender que estaba bajo su influencia me llevó tiempo", afirmó, estimando que fue "manipulada".
¿En qué va el caso? 
En 2017 la mujer decidió presentar una demanda: se abrió una investigación preliminar. 
También se inició un juicio canónico, pero la ex religiosa no tiene noticias. Desde entonces, el que designa como su agresor, cuyo nombre no revela en su libro, sigue siendo el superior de un monasterio.
"Di mi vida a la Iglesia desde los 15 años, me expulsaron, y él, con todo lo que hizo, brilla bajo los aplausos, está protegido", manifestó la exreligiosa.
Con 44 años, se dedica a la docencia y asegura que tiene mucha dificultad para ir a misa, y ya no se confiesa.
Con su libro quiso "aportar luz" a las otras víctimas. Quiso hacerlo a cara descubierta ya que, insiste, "no soy yo la que tiene que tener vergüenza, es él".
También solicita que las cosas se muevan. Entre los fieles "las mentalidades cambiaron", pero aunque los responsables "empiezan a decir que tomaron consciencia, en lo que concierne los actos, no veo que nada se mueva".
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