Pluckley, el pueblo más 'embrujado' de Inglaterra

Durante el día, el lugar es tranquilo y acogedor. En la noche, la atmósfera cambia, y se convierte en un paraíso para los cazadores de fantasmas en ciernes.


Noticias RCN

oct 25 de 2016
08:50 p. m.

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Pluckley tiene una curiosa reputación, la de ser el pueblo más 'embrujado' de Inglaterra. Pero a pocos días de Halloween, sus habitantes temen menos a los fantasmas que a las hordas de juerguistas en busca de sensaciones fuertes.

Situado a hora y media de carretera al sudeste de Londres, Pluckley es un pequeño pueblo de unas 800 almas, anidado entre las dulces colinas del Kent, con sus casas de ladrillo rojo recubiertas de viñas verdes.

Un lugar encantador, desde luego, pero bastante común en esta parte de la campiña inglesa. Lo que es menos habitual, en cambio, es lo que se lee en el mapa del lugar, colgado en la plaza del pueblo.

La zona, afirma el texto, tiene "12 fantasmas oficiales, pero también otros menos conocidos", un anonimato que los priva del prestigio que tienen los primeros.

"Pluckley es un extraño pueblo" explica Steve Moyle, jefe de un operador de viajes de caza de fantasmas.

"Durante el día, el lugar es tranquilo y acogedor. En la noche, la atmósfera cambia, y se convierte en un paraíso para los cazadores de fantasmas en ciernes".

Una incómoda reputación

Que sea justificada o no, esta reputación de "pueblo más embrujado de Inglaterra" atrae durante Halloween a muchos curiosos y jaraneros, decididos a cruzarse con uno de los doce fantasmas oficiales.

Hasta tal punto que el plácido pueblo llega a convertirse en un escenario digno de un festival de rock, repleto de sedientos asistentes.

"A veces, se montan trifulcas" relata la sexagenaria Linda, empleada en el supermercado del lugar, y que prefiere callar su apellido. "Beben, y vagabundean por el pueblo. Una vez, intentaron incluso incendiar la escuela".

"Hay gente que viene a buscar líos" coincide Chris Housman, presidente del consejo parroquial, equivalente del alcalde.

"Para serle sincero, el pueblo pasaría con mucho gusto de Halloween", añade, y precisa que ninguna fiesta o evento será organizado o apoyado por el consejo el 31 de octubre.

John Bridgeman prefiere, por su lado, tomárselo a risa. Desde su casa, frente a la iglesia de St Nicholas, este hombre de 63 años no se cansa jamás de ver a estos "grupos de jóvenes que con sus lámparas de bolsillo van y vienen, preguntándose por qué nunca ven a ningún fantasma..."

AFP

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