Protestas contra reforma de pensiones en Panamá dejaron un muerto

Una persona perdió la vida este martes en la localidad de Rambála, provincia de Bocas del Toro, en medio de las protestas que desde hace más de un mes agitan a Panamá.

Protestas en Panamá dejan una persona muerta

Los manifestantes, provenientes de diversos sectores sociales, se oponen a una reforma al sistema de pensiones aprobada en marzo, considerada regresiva por sindicatos, estudiantes y comunidades indígenas.

La víctima, cuya identidad no ha sido revelada, fue hallada con una herida en la espalda tras un operativo policial para dispersar un bloqueo vial con gases lacrimógenos.

El viceministro de Seguridad, Luis Felipe Icaza, informó en rueda de prensa que el ciudadano fue asistido por paramédicos y trasladado al hospital, donde se confirmó su fallecimiento.

También aseguró que la Policía Nacional "no utiliza armas letales" en el control de manifestaciones.

Sin embargo, organizaciones como la Asociación Universitaria Reforma Estudiantil han condenado el hecho, calificándolo de “crimen” y señalando directamente al gobierno del presidente José Raúl Mulino como responsable.

“Expresamos nuestro absoluto repudio ante el asesinato de un compañero de lucha”, afirmó la agrupación en un comunicado.

Las protestas se han intensificado, particularmente, en Bocas del Toro. Desde el pasado sábado, las fuerzas de seguridad han intentado liberar más de 30 puntos bloqueados por manifestantes encapuchados que usan troncos y piedras para cerrar las rutas.

Los enfrentamientos se han tornado violentos, con uso de piedras, fuegos pirotécnicos y bombas molotov por parte de los manifestantes, mientras que la policía responde con gases lacrimógenos.

¿Por qué se están registrando protestas en Panamá?

Más de 1.300 agentes de distintos cuerpos policiales han sido desplegados en la zona y se reportan más de 50 personas detenidas hasta el momento.

El detonante de la crisis es una reforma del seguro social que, según los sectores críticos, eleva la edad de jubilación y abre la puerta a la privatización del sistema de pensiones. Aunque el gobierno ha rechazado estas afirmaciones, el descontento continúa creciendo.

Uno de los focos principales de resistencia fue encabezado por trabajadores de la filial panameña de la empresa bananera estadounidense Chiquita Brands.

No obstante, tras una negociación con el Ejecutivo, estos se retiraron de las manifestaciones al conseguir una nueva legislación que les restituye beneficios afectados por la reforma.

Panamá vive así una de sus peores crisis sociales de los últimos años, marcada por una fuerte polarización, tensiones crecientes y un malestar generalizado que podría seguir escalando si no se alcanza una solución dialogada.