Ariel Henry oficializó su renuncia como primer ministro de Haití

Este 25 de abril, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, oficializó su retiro del cargo, dejando el camino despejado para la formación de un nuevo gobierno en el país caribeño.

Esta decisión llega en un momento crucial, ya que Haití ha sido sacudido por una ola de violencia desde finales de febrero, desencadenada por poderosas pandillas que han atacado comisarías, prisiones, sedes oficiales y el aeropuerto de Puerto Príncipe.

La renuncia de Henry se formalizó a través de una carta en la que expresó su gratitud al pueblo haitiano por la oportunidad de servir al país con integridad, sabiduría y honor.

Consejo Presidencial de Haití está encargado de designar un nuevo primer ministro

Henry, quien asumió el liderazgo del país tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, aceptó renunciar a mediados de marzo, abriendo la puerta para que el Consejo Presidencial asumiera el control temporal del gobierno.

Este Consejo, compuesto por siete miembros con derecho a voto seleccionados de diversos sectores políticos de Haití y dos observadores sin voto, ahora está encargado de designar un nuevo primer ministro. Mientras tanto, el país funcionará con un gobierno interino.

Los miembros del Consejo Presidencial de Transición de Haití juraron sus cargos este jueves en el Palacio Nacional, comprometiéndose a restaurar el orden en medio de la crisis de violencia pandillera que ha afectado gravemente al país.

Más de 360.000 haitianos son desplazados internos, según la ONU

El desafío para el Consejo es grande. Con la mayoría de la capital bajo el control de bandas delictivas, la población haitiana enfrenta abusos generalizados, incluidos asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros. Se estima que más de 360.000 haitianos son desplazados internos, mientras que cinco millones están sumidos en una "hambruna aguda", según expertos de la ONU.

La incertidumbre persiste sobre si el Consejo podrá alcanzar un consenso para nombrar un nuevo primer ministro y transferir el poder a un gobierno electo antes de febrero de 2026.

Además, el comportamiento futuro de las pandillas sigue siendo una preocupación, especialmente después de expresar su disgusto por haber sido excluidas de las conversaciones sobre la transición.