Subasta que pretendía vender cartas de prisioneros en campos de concentración fue cancelada
Desde el el Comité Internacional de Auschwitz insisten en que este tipo de objetos no deberían reducirse a simples mercancías.
Noticias RCN
08:46 p. m.
La casa Ulrich Felzmann cedió a la presión y aceptó haber cometido un error al intentar subastar cartas de prisioneros de los campos de concentración y objetos nazis, como fichas y documentos privados de integrantes de la antigua Policía Secreta del Estado (Gestapo), en un evento bautizado "El sistema del terror 1935-1945", que se llevaría a cabo el lunes, 17 de noviembre.
A través de un comunicado de prensa admitieron que "tras las críticas” recibidas, anularon la subasta. Y es que, incluso, el Comité Internacional de Auschwitz se pronunció tras conocer la noticia.
En un pronunciamiento corto, pero severo, el vicepresidente del comité, Christoph Heubner, indicó que, de realizarse, "la historia y el sufrimiento de todas las personas perseguidas y asesinadas por los nazis” habrían sido “utilizadas con fines comerciales".
No es la primera vez que la comunidad judía se opone a la comercialización de objetos del Holocausto:
A pesar de que la casa subastadora dijo haber adquirido los objetos de la colección "de manera seria en el mercado", la comunidad judía se opuso a que hicieran dinero con objetos provenientes del Holocausto o Shoá, como le llaman en hebreo.
Pero no es la primera vez que se muestran inflexibles con el tema. El Consejo Central de los Judíos de Alemania condenó en 2016 la subasta con la que un ciudadano argentino adquirió varios objetos nazis.
En 2019, la Asociación Judía Europea sugirió que una subasta de objetos del mismísimo Adolf Hitler sería utilizada como centro de reuniones y entretenimiento por los antisemitas.
La casa subastadora Ulrich Felzmann se disculpó por “su mala idea”:
Desde la casa subastadora dijeron estar "conscientes de haber tomado una mala decisión” y lamentaron “haber afectado los sentimientos de familiares de las víctimas del terror nazi".
Disculpas que fueron bien recibidas y generaron una reflexión de parte de Heubner, en la que insistió que los objetos que iban a ser subastados deberían “ser expuestos en museos o exposiciones de lugares de memoria, y no reducirse a mercancías".