Un hombre es acusado de haber drogado a su esposa para someterla a abusos: hay 51 personas involucradas
La trama de abuso incluye 51 acusados, todos ellos hombres de entre 26 y 74 años, que se enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión. De los 51 implicados, 18 permanecen en prisión preventiva.
Noticias RCN
09:11 p. m.
Este lunes 2 de septiembre, el Tribunal de Aviñón, ubicado en el sur de Francia, inició el juicio contra Dominique P., un jubilado de 74 años, acusado de haber sometido a su esposa, Gisèle P., a una década de abuso sexual sistemático mediante sumisión química.
El caso ha causado conmoción debido a la gravedad y extensión del presunto abuso, que involucró a 51 hombres diferentes.
Un hombre es acusado de haber drogado a su esposa para ser sometida a violaciones
Dominique P. está acusado de haber drogado sistemáticamente a Gisèle durante diez años con un potente ansiolítico, facilitando así que ella fuera violada por hombres contactados a través del extinto sitio de citas coco.fr.
Los acusados, que van desde bomberos hasta enfermeros y funcionarios, visitaron la residencia de la pareja en Mazan, al sur de Francia, en múltiples ocasiones. Algunos de ellos participaron numerosas veces, con hasta seis noches de abuso en ciertos casos.
Según las autoridades, Dominique P. no solo administraba el ansiolítico, sino que también daba instrucciones precisas a los hombres: evitar perfumes y tabaco, calentar sus manos con agua caliente y desnudarse en la cocina para evitar dejar ropa en la habitación.
¿Cómo avanza el proceso judicial contra el acusado de permitir violaciones a su pareja?
El abogado de Gisèle, Stéphane Babonneau, ha criticado los intentos de algunas partes de mantener las audiencias a puerta cerrada, rechazando las solicitudes de privacidad realizadas por la Fiscalía y algunos miembros de la defensa.
“La vergüenza debe cambiar de bando”, afirmó Babonneau, esto, para defender la apertura del juicio al público como una medida para garantizar la transparencia y permitir que la sociedad observe el proceso de justicia.
Mientras tanto, la defensa de Dominique P., liderada por Béatrice Zavarro, ha sostenido que el acusado está “avergonzado” y que el caso refleja una “forma de adicción”.
Zavarro ha argumentado que muchos de los acusados podrían haber creído que participaban en las fantasías de una pareja libertina. Sin embargo, los expertos en psicología indican que, aunque los acusados no muestran patologías psicológicas, exhiben un sentimiento de “omnipotencia” sobre el cuerpo femenino.
El perfil de los acusados: ¿quiénes son y qué motivaciones tenían?
Véronique Le Goaziou, investigadora del Laboratoire Méditerranéen de Sociologie, ha subrayado que no existe un “perfil típico” de violador y que cualquier persona puede estar involucrada en estos crímenes.
En este caso, la mayoría de los acusados solo visitaron la casa de la pareja una vez, pero algunos repitieron el abuso en múltiples ocasiones. Ante esto, el acusado sostiene que todos los participantes estaban al tanto de que Gisèle estaba drogada y argumenta que cada uno de ellos tenía la opción de retirarse al darse cuenta de la situación.
Hasta el momento, la investigación ha identificado 92 violaciones desde 2011, cuando la pareja vivía en la región de París, hasta 2020. Pero, en sí, el caso salió a la luz en 2020 cuando el hombre fue sorprendido grabando debajo de las faldas de las clientas en un centro comercial.
En su computadora, la Policía encontró numerosas fotos y videos de Gisèle P., visiblemente inconsciente, siendo violada por diversos hombres.
¿En qué estado se encuentra la víctima de las violaciones y los abusos?
Gisèle P., que no recuerda los abusos debido a la droga administrada por su esposo, está preparada para declarar el jueves. Su abogado ha destacado que, a pesar de las dificultades emocionales que enfrenta, la víctima no tiene nada que ocultar ni de lo que avergonzarse.
Del mismo modo, su esposo, el acusado, testificará el 10 de septiembre.
Cabe mencionar que, además de los cargos actuales, él ha estado implicado en otros dos casos: un asesinato con violación en París en 1991, que niega, y un intento de violación en 1999, que admite tras la identificación de su ADN.