Monetización a la delincuencia

La iniciativa rompe con cualquier tipo de entendimiento ético sobre la proporción de la vida en Colombia.


Andrés Hoyos
jul 13 de 2023 06:00 a. m.
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Es triste pero entre más nos esforzamos por promover una sociedad justa, trabajadora, y creativa para la búsqueda de oportunidades, nos chocamos con un gobierno que escoge destinar recursos para los que, con eufemismos, pretenden lavar sus delitos monetizando el daño que causan.

Y es que no es raro ver que nos hemos convertido en la potencia mundial del eufemismo y los errores de otros. Cada exceso o equivocación, fácilmente se documenta como algún desacierto que ya los otros lo habían hecho, o peor aún, sino lo habían hecho entonces ahora si hay un criterio razonable para ponerlo en marcha.

Pasó con la gasolina, a la que el mismo presidente le salió a marchar porque su antecesor le subió más de 100 pesos. Los influenciadores de esta corriente, con pancartas y arengas rompían cintas que se pegaban en la boca para oponerse a “semejante” atropello para los pobres y la clase media, la misma que el actual ministro del interior defendía con la gran voz y argumentos que se le olvidaron, pero había demostrado con el paso del tiempo. Reformas solo para los 4 mil más ricos; una sociedad que pudiera discernir sin ser satanizada; medios de comunicación libres para denunciar, controvertir y documentar lo que va mal; transparencia, sin alianzas cuestionables; preparación técnica en las carteras ministeriales, no corrupción, no gastos excesivos del estado, no nepotismo; en fin, ¿en qué quedó de esto?

Hoy solo leemos las explicaciones más insulsas e infantiles que gobierno alguno le haya dado al país en la sana arrogancia estratégica para guardarse moderadamente la espalda y no verse tan torpe. Pero esto no es lo peor, cuando no explican y se quedan sin argumentos, apelan a graduar de racistas, fascistas, homofóbicos, y una cantidad de descalificativos desastrosos a los que sin vergüenza alguna le van dando alcance como único argumento dentro de su propio y vacío sustento.

El mismo Presidente graduó a más de medio país de “clase media arribista”. Sin mesura alguna, sin la altura y moderación gubernamental que exige el cargo de un empleado que contratan por mayoría para que al país le vaya bien. Sin venganzas, sin historia heredadas o mal contadas, sin tufillos de rabia por los que generan empleo o dinamizan la economía, la creatividad, el deporte, o las mismas artes, que en conclusión, parece que también fueron engañadas en campaña; a un año, no tienen un Ministro definitivo que cumpla los planes para este sector creativo.

Por el otro lado si vemos la opulencia mayor. No era tal la “olla raspada” que anunciaron, puesto que hay de sobra más de 500 mil millones de pesos de presupuesto para el nuevo Ministerio de la Igualdad, (más que para Tecnologías de la información, o el de justicia, transporte o ciencia). Este ministerio que tendrá 5 viceministerios ya fue lanzado con bombos y platillos en medio de la dulzura ancestral de nuestra vicepresidenta, que no tiene comentario alguno ni de su gestión, ni de sus compromisos, ni de nada, a las preguntas de los periodistas o de los gobernados que en su santo derecho tenemos para hacerle en el control normal al estado.

En medio de todo esto y mucho más que no nos cabe en esta columna, y para apaciguar los ánimos de la gente, lanzan una estrategia de monetización del delito. La iniciativa que consiste en pagarle a criminales de a un millón de pesos mensuales para que dejen de delinquir y, que no se ha visto ni en países que no tienen problemas, rompe con cualquier tipo de entendimiento ético sobre la proporción de la vida en Colombia, la cual parece condenar a los que generan empleo, a los creativos, a los emprendedores; olvida a los deportistas y a los artistas; y premia, al parecer con entendimiento y sin condiciones, a quienes hacen todo lo opuesto al sano desarrollo de la justicia social; a quienes atracan, a quienes secuestran, y a quienes matan.

El mundo al revés, en pleno 2023, cuando deberíamos estar promoviendo alternativas económicas para el emprendimiento y la sostenibilidad, cuando deberíamos estar luchando con rescatar y publicitar la innovación, cuando el deporte, el arte y las economías alternas deberían dinamizar las economías; nuestro gobierno optó por ensimismarse en una cúpula de monetización criminal que vergonzosamente impulsará la creatividad para generar ingresos desde la premiación del delito y no desde la lucha frontal contra este.

@donandreshoyos
Comunicador social y periodista, Asesor de comunicaciones estratégicas, CEO GoPalante y Columnista

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