La falta de mantenimiento destruye las grandes, medianas y pequeñas obras
En Cartagena, la bocana fue una obra de gran inversión y se está pudriendo. Las obras necesitan mantenieminto.
Este mensaje es para la nueva administración distrital. Cartagena debe convertirse en la ciudad de las grandes obras en los próximos cuatro años.
Deben ser obras con un alto componente de planificación estratégica que incluya el crucial detalle de un cronograma de mantenimiento, supervisión y seguimiento adecuado para que trasciendan en el tiempo.
El mantenimiento de las obras no solo garantizará su estabilidad, sino también su correcto funcionamiento a lo largo del tiempo, garantizando el uso de recursos públicos de manera eficiente.
Hace días, leí un comentario que mencionaba que el ‘mantenimiento’ es una acción que los gobiernos no saben planificar ni ejecutar. Esta carencia provoca que en muchas ocasiones se repitan las mismas obras en diferentes periodos gubernamentales lo que algunos califican con el eufemismo "construir sobre lo construido", pero en la práctica el volver a ejecutar obras que mueren por falta de mantenimiento.
Un ejemplo de esto es lo que está ocurriendo con La Bocana, otrora una de las grandes obras de la ingeniería hidráulica para la recuperación de la Ciénaga de la Virgen. Su diseño y funcionamiento le daba la capacidad de proporcionarle la oxigenación a ese cuerpo de agua. Hoy esa función ya no se cumple porque se encuentra abandonada de manera lamentable para la ciudad.
La bocana fue puesta en funcionamiento en el año 2000. En su momento fue el segundo proyecto ambiental de su tipo en el mundo, el primero se construyó en Túnez. Fue un tiempo muy especial porque marcó un clímax de las buenas relaciones de Colombia con el Reino de los Países Bajos que aportó el 45 % del valor total del proyecto.
La bocana se constituyó en un singular proyecto que implementaba una tecnología de punta que utilizaba un mecanismo de 6 compuertas de entrada que se abren durante las mareas altas y cuatro de salida que permiten la recirculación del agua salada oxigenando la Ciénaga de la Virgen.
El sistema funcionó perfectamente permitiendo el renacer de la Ciénaga de la Virgen con la bocanada de agua salada que recibía y el drenaje de sus aguas podridas al mar. Se fueron los malos olores y bajaron los niveles de inundación en la Zona Suroriental beneficiando a más de 300.000 personas.
Las sucesivas administraciones entre el 2000 y el 2023 se olvidaron de la mega-obra porque funcionaba sola. El ‘tablestacado’ metálico, responsable de llevar el agua limpia del mar, se pudrió y se perdió en un alto porcentaje su funcionalidad.
La administración que está ya de salida no hizo nada por la recuperación de la obra. Una de las últimas decisiones del EPA fue dejar abierta las compuertas de salida de las aguas de la Ciénaga de la Virgen para evitar inundaciones, condenando la obra a un triste final.
La buena noticia es que el alcalde electo Dumek Turbay ya sabe del problema, reconoció la importancia de devolverle su funcionalidad y determinó que será una prioridad máxima de su gobierno. Alcalde, recupere esta mega-obra, pero no olvide definir un plan de mantenimiento de la misma a largo plazo para que no se repita la historia.