¡Cuidado con lo que compartimos!
Las noticias falsas están siendo el punto álgido de desinformación paradójicamente en un mundo cada vez más informado.
Por: Carolina Fierro
@CaroFierroVal en Twitter*
La tecnología ha sido clave en esta pandemia. Gracias a ella seguimos todos conectados a pesar del distanciamiento y del cambio de vida en todos los sentidos que tuvimos que enfrentar. A medida que la cuarta revolución industrial se acelera cada vez más, también aparecen nuevas ventajas de la misma al tiempo que nuevos retos, por no decir que puntos negativos, del uso de la tecnología.
¿Cuántos de nosotros recibimos, mensajes, fotos, cadenas y videos de los acontecimientos de orden público en el país durante los últimos días? La respuesta es casi que el 100% de quienes están conectados a través de internet recibieron mínimo un mensaje, foto o video alusivo al tema de paros, marchas, decisiones del gobierno o situaciones de orden público.
Ya sea una cadena de oración, un rechazo a la violencia, un llamado a marchar, una convocatoria al paro o una noticia falsa… este es el punto delicado de la inmediatez de las comunicaciones actuales: la tensión del ambiente que se vive en Colombia lleva a que en muchas ocasiones quien es receptor de una noticia no se detenga a validar su veracidad o por lo menos a leerla para saber si tiene lógica lo que está recibiendo antes de circularlo. Las noticias falsas están siendo el punto álgido de desinformación paradójicamente en un mundo cada vez más informado. Unido a esto está la ola de mensajes negativos y llenos de odio, rechazando acciones y muchas veces satanizando las acciones de cualquiera de los bandos que en este momento tenemos en este país cada vez más polarizado.
¿Qué genera esto? Ansiedad, aumento de la sensación de vivir en psicología de guerra, zozobra y angustia en muchos casos al no tener un norte ni ver una solución cercana a los problemas que enfrentamos.
Por otro lado, el replicar cadenas y noticias falsas, crea también sentimientos y necesidad de actuar a favor en contra, lastimosamente en muchos casos con acciones violentas y una actitud de destrucción y caos sin importar lo que pase. Muchas de las noticas falsas alimentan los discursos intolerantes y de odio y estos discursos tienen efectos en secuencia y en toda la población especialmente en los jóvenes quienes están conectados de forma permanente y tomando decisiones inmediatas muchas veces sin medir las consecuencias.
Al final la responsabilidad es de todos, la forma de combatir estas cadenas de noticias falsas, agresivas y llenas de odio es pidiendo responsabilidad a los líderes políticos con lo que comunican y a nosotros como ciudadanos precaución, equilibrio y cuidado con lo que compartimos. Seamos conscientes de que estemos donde estemos el romper una cadena de información falsa puede hacer la diferencia.
*Politóloga
NoticiasRCN.com