Cuidado con normalizar el vandalismo
No podemos permitir que se vuelva parte del paisaje, normalizar y aceptar acciones violentas como las que protagonizaron los Emberá en Bogotá.
Por: Carolina Fierro*
@CaroFierroVal en Twitter
Además de los múltiples problemas de seguridad que enfrentamos los habitantes de las principales ciudades del país, el miércoles en Bogotá los indígenas Emberá asentados en el Parque Nacional desde hace varios meses usaron menores de edad para atacar y crear violencia en las protestas de ese día.
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Lo que vivieron comerciantes, transeúntes, conductores, policías y gestores de convivencia que hacían su trabajo, fueron horas de terror. Sí, de terror.
Algunos podrán llamarme exagerada, pero no podemos permitir que se vuelva parte del paisaje, normalizar y aceptar acciones violentas como las que protagonizaron los Emberá en Bogotá. Hay videos que prueban la agresividad y violencia contra personas que simplemente se movilizaban por la carrera séptima a pie o en sus carros, y el uso de mujeres y niños indígenas para bloquear el paso.
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El problema tiene muchos temas de fondo, antropológicos, históricos, políticos, sociales y económicos. Sí, que no se pueden resolver de la noche a la mañana. Pero tampoco de la noche a la mañana estas 700 personas se pueden convertir en agresores de los ciudadanos bogotanos, rompiendo con piedras y palos, locales comerciales y carros que simplemente estaban ahí.
Sin ser antropóloga estoy casi segura que dentro de la cosmovisión indígena, es decir dentro del conjunto de creencias, valores y sistemas de conocimiento que articulan la vida social de los indígenas, no cuenta la violencia, la intimidación o el impulso por atacar violentamente a personas indefensas.
Además: A nombre de la inseguridad sigue improvisando.
Los actos de vandalismo de los indígenas dejaron 24 personas heridas en la noche del miércoles. En este momento no podemos permitir como sociedad que la violencia entre ciudadanos se convierta en algo “normal”.
Es el momento de apoyar a las autoridades nacionales, locales y policiales y de unirnos para rechazar cualquier forma de violencia y evitar que el desorden, el vandalismo y la agresión se vuelvan como la corrupción, algo normal en nuestra sociedad.
*Politóloga.