La batalla cultural que desató 'Sound of Freedom'
"Da la impresión de ser menos un esfuerzo por visibilizar la trata y más una plataforma para elevar el perfil de sus creadores en el ámbito político".
'Sound of Freedom' llegó a Colombia siendo un fenómeno en taquilla y a su vez causando controversia. En redes, parece haber una división: quienes la ven y defienden su reproducción son etiquetados como simpatizantes conservadores, mientras que quienes la critican enfrentan acusaciones extremas, como ser tachados incluso de pedófilos.
La trama de la película se centra escuetamente en la historia de Tim Ballard, exagente del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., quien se embarca en una misión para rescatar a dos hermanos hondureños víctimas de trata. Sin embargo, es imposible ignorar el tono político detrás del filme que protagoniza Jim Caviezel y es producido por el conservador Eduardo Verástegui.
Durante diversas entrevistas y eventos promocionales, el equipo de producción ha sugerido que la película es la respuesta a una narrativa de mundo que la extrema derecha ha popularizado recientemente, caracterizada por el pánico moral, alusiones a grandes conspiraciones y un sentimiento de persecución. Caviezel, por ejemplo, ha sugerido en varios eventos mediáticos la conspiración que insiste en que una oscura élite internacional está secuestrando niños para consumir una supuesta sustancia que proviene de sus órganos.
A pesar de los intentos de la productora Angel Studios por distanciarse de inclinaciones políticas, la película se ha convertido en el epicentro de una batalla cultural. Esta lucha, aunque se presenta como defensa de los niños, a menudo parece más un pretexto para atacar ideologías de izquierda y potenciar la retórica contra la denominada “agenda LGTB”, asociándose incluso con abuso y “perversión” infantil, argumento que el propio Tim Ballard ha utilizado en diversas ocasiones.
'Sound of Freedom' da la impresión de ser menos un esfuerzo por visibilizar la trata y más una plataforma para elevar el perfil de sus creadores en el ámbito político. No es coincidencia que el 8 de septiembre, Verástegui anunciara su candidatura a la presidencia de México como independiente. Por ello, es esencial estar informados sobre las agendas y motivaciones detrás de producciones que como táctica de taquilla generan controversias mediante estrategias de marketing basadas en una supuesta “censura".
Aunque ninguna teoría de conspiración se ve directamente reflejada en la cinta, esta termina siendo una representación heroica y personalista incluyendo acontecimientos ficticios alrededor de las operaciones de la fundación del protagonista, Operation Underground Railroad (OUR). La misma casa productoraha lanzado un blog titulado “la verdadera historia de la película” en un intento de paliar las numerosas críticas a las representaciones del filme. En el blog se indica que algunas escenas, aunque impactantes, distan de la realidad, como el rescate en la selva, los operativos de inteligencia e incluso el número real de operaciones.
Según el medioVox, el objetivo aparente de la organización, cuyos resultados han sido puestos en duda y tildados de “engañosos” es enaltecer la figura de Ballard.Y aunque considero que el objetivo de la película es también resaltar una figura de “héroe”, el filme logra algo importante: abrir una conversación sobre las diversas formas de trata y la operación de la misma en un país en el cual incluso usted podría ser cómplice por medio del consumo y la financiación.
Colombia necesita urgentemente discusiones cotidianas sobre la explotación, el consumo de servicios sexuales, el turismo de explotación sexual, la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Además, es crucial revisar y mejorar las políticas públicas que, en ocasiones, ofrecen soluciones superficiales, como el cercado del Parque Lleras en Medellín, sin abordar problemas subyacentes como la vulnerabilidad, la pobreza, la marginalidad, la migración y la gentrificación en zonas urbanas donde este delito es prevalente.
Ver la película de forma crítica es importante para profundizar el fenómeno de la dramatización de la trata como algo que no ocurre entre las personas que conocemos. El perfil del pedófilo retratado como un "antisocial”, miembro de grupos guerrilleros y narcotraficantes desdibuja que en realidad son precisamente aquellos que consideramos personas "normales" como empresarios, políticos e incluso influencers a quienes la captación de personas se les facilita mucho más.
Si decide ir al cine este fin de semana, le invito a no limitarse solo a ver la película. Más bien, tome esta columna como invitación para conocer y preguntarse: ¿qué hace su gobierno local y qué hace el gobierno nacional para eliminar la trata con fines de explotación sexual en menores? Y a que se interese por seguir organizaciones nacionales como Valientes Colombia que se dedica con esmero a visibilizar, prevenir y atender todas las formas de explotación de niños, niñas y adolescentes incluyendo la explotación sexual.
Politóloga y administradora de empresas. Maestrante en Estudios Internacionales.
@gabrielafoam