El evento de todos

La COP16 es un evento necesario en un planeta cada vez más agobiado por la voracidad y la indolencia de quienes lo habitan.


Gustavo Nieto
sept 28 de 2024 06:00 a. m.
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El 90 % del sistema de transporte MIO destruido, en el Valle del Cauca la producción cayó un 55%, las dificultades de orden público generaron serios problemas de abastecimiento y movilidad, lo anterior no es más que una triste referencia a algunas de las gravísimas consecuencias de la pesadilla que vivieron Cali y el departamento por cuenta del llamado estallido social en 2021.

Durante semanas la ciudad y buena parte de los municipios vecinos estuvieron asediados por pequeños grupos perfectamente coordinados y entrenados que bloquearon lugares clave para impedir la entrada a fábricas, el acceso a hospitales, a sectores residenciales, en fin, la capital del Valle sitiada y abandonada a su suerte.

Cali y varias ciudades cercanas son la sede de empresas tan emblemáticas como Colombina, Carvajal, Tecnoquímicas, Johnson y Johnson, Argos, entre muchas otras importantísimas y dolió mucho saberlas sometidas al capricho violento de unos pocos.

El símbolo de la prosperidad, el civismo y la buena música, enfrentó la encrucijada más difícil de su historia. El desespero de sus habitantes se mezclaba con la desazón y el pesimismo. Sin embargo, la ciudad, como el resto del país, se repuso al maltrato recibido y recomenzó.
Vinieron otros aires, de nuevo las calles retomaron la calma y de a poco la ‘Sucursal del Cielo’ volvió a recuperar la esencia.

En medio de cifras más o menos positivas relacionadas con su economía y otros sectores, una noticia parece convertirse en el espaldarazo clave que estaban esperando los caleños para salir de una buena vez del atolladero: La COP16.

Sin pretender ser experto, este encuentro sobre el medio ambiente y la biodiversidad sin duda es el más importante en el mundo sobre un tema que está de primero en la agenda internacional. ¿Cómo crecer económicamente sin afectar la biodiversidad? ¿Hay que repensar el modelo económico? ¿De qué manera se pueden controlar la sobreexplotación y la contaminación de la naturaleza? Estas son preguntas que, aunque a algunos les parezcan incómodas, la sociedad se está haciendo y hay que empezar a resolverlas.

Y en eso anda el planeta, es más, desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, por allá en el 92, se adquirieron unos compromisos que involucran a los países de la ONU y que tienen que ver con la protección del planeta. Casi nada. Pero sin entrar a discutir sobre los contenidos y la eficiencia de encuentros como este, es cierto que significa un reconstituyente para el país y por supuesto para Cali.
Las cifras y el valor de quienes vendrán por esos días son muy dicientes. Al menos 12 jefes de Estado, el secretario general de Naciones Unidas, delegados y misiones diplomáticas de 160 países y más de 700 periodistas acreditados, hablan de la relevancia de la conferencia.

A un mes de que comience, las autoridades reportan ocupación total en los hoteles, se calcula que 18 mil personas lleguen a la ciudad para participar en el evento, sin contar con el turismo que puedan convocar las actividades a su alrededor. En resumen, cifras bien distintas a las que mencionaba al principio de este texto y que deberían llenarnos de emoción; Cali está en el lugar que nunca debió perder, en el centro del mundo, mostrando todo su talento, su empuje y sobre todo la "buenura" de su gente.

¿Por qué no celebrar este encuentro por la vida? ¿Por qué no estar felices de que pase en Cali? Esto en últimas es una prueba más de que por encima de los malos tiempos, siempre se impone el espíritu de la ciudad que venció al miedo.

Para nuestra dicha el panorama es bien distinto y nos regocija a todos, la ciudad y el Valle están recuperándose. Pasamos de contar buses quemados y relatar enfrentamientos y caos, a organizar el evento más importante en la historia reciente del país, pero además y porque no decirlo, también será una vitrina para que unos y otros se enteren de la belleza de la costa pacífica y su inmensa riqueza, un lugar, que no nos digamos mentiras, hemos subestimado históricamente.

La COP16 no es un evento de Petro, ni de la izquierda recalcitrante que reniega de todo, es un evento necesario en un planeta cada vez más agobiado por la voracidad y la indolencia de quienes lo habitan, es un evento necesario porque el futuro se hace incierto sino buscamos un equilibrio entre sobrevivir y respetar la naturaleza. Es un evento retador porque obliga a quienes participan a no fungir de simples burócratas y de verdad ser corresponsables de las soluciones a los dilemas que enfrenta la humanidad y es un evento maravilloso porque va a pasar en Cali, es nuestro evento, una razón para unirnos en semejante mar de discordias, una reunión para mostrar nuestras fortalezas, otro motivo para enorgullecernos del Pacífico. Es, en últimas, el evento de todos.

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