La IA y ciberseguridad: un futuro prometedor, pero aún en construcción

La IA puede ser vista como una gran solución o como la amenaza más peligrosa para nuestra seguridad digital.


Ignacio Triana
nov 21 de 2024 08:23 a. m.
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La inteligencia artificial se ha convertido en un tema recurrente en cualquier conversación sobre el futuro de la ciberseguridad. Dependiendo a quién se le pregunte, la IA puede ser vista como una gran solución o como la amenaza más peligrosa para nuestra seguridad digital. Sin embargo, ¿qué es realmente capaz de hacer esta tecnología en este ámbito y cómo pueden las empresas aprovecharla mientras navegan entre promesas y limitaciones?

Uno de los primeros puntos que podemos destacar es que lo que se conoce como el hype o entusiasmo por la IA generativa está acercándose a un punto crítico. Las promesas de que funcionará de manera autónoma en todos los aspectos de la ciberseguridad pueden sonar alentadoras, pero hoy en día son, en gran medida, utopías. Los equipos de seguridad se encuentran bajo una presión constante debido a la falta de recursos y habilidades, y han visto en esta herramienta una posible solución. No obstante, esta tecnología todavía no alcanza el nivel de autonomía que imaginamos, y requiere de supervisión humana para evitar que aumente aún más la carga laboral en lugar de aligerarla.

Lo cierto es que la IA generativa puede ofrecer beneficios inmediatos en tareas operativas, como la generación de reportes y documentación. Para los equipos de ciberseguridad, estas tareas pueden ser tediosas, pero son esenciales. Al automatizar estos procesos, los profesionales pueden dedicar más tiempo a la resolución de incidentes y maximizar el impacto de sus esfuerzos. Pese a ello, no debe perderse de vista la importancia de las habilidades de comunicación en el personal de ciberseguridad; los sistemas de aprendizaje automático pueden ahorrar tiempo, pero no reemplazan la capacitación y el desarrollo humano.

Otro de los grandes atractivos de la IA es su capacidad para procesar enormes volúmenes de datos y, en teoría, anticiparse a amenazas, pero no es tan sencillo como parece. Para identificar patrones sospechosos, las empresas deben contar con datos bien organizados, algo que en ocasiones falta, o simplemente no cuentan con la estructura ideal. Con información bien gestionada, podría hacer un mejor trabajo en la detección de riesgos antes de que sucedan, pero esto requiere una base sólida y tiempo.

A su vez, las herramientas de IA generativa están cada vez más presentes en aplicaciones empresariales. Con regularidad, los empleados las utilizan sin conocer completamente sus implicaciones, lo que expone a las organizaciones al riesgo de fugas de datos sensibles. A medida que aplicaciones comunes integran capacidades de IA, los equipos de seguridad deben estar alerta y establecer reglas claras para el uso de estas herramientas.

La IA generativa aún no ha alcanzado todo su potencial, pero sus aplicaciones en ciberseguridad ya son significativas. Conforme la tecnología madura, seguirá ampliando sus beneficios y ayudando a reducir la carga de los equipos. Si las empresas adoptan una estrategia proactiva y estructurada hacia la incorporación de esta herramienta, podrán aprovechar el potencial de la tecnología y proteger mejor su infraestructura en el proceso. Con preparación y estrategias sólidas, las organizaciones pueden asegurar que la IA se convierta en un aliado en la defensa contra amenazas digitales, manteniéndose así a la vanguardia en un mundo cada vez más tecnológico.

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