Canciller Leyva, ¿a usted le molesta el papel del periodismo?
El papel del periodismo en una democracia consiste en buscar de manera imparcial la verdad, especialmente cuando los poderosos la quieren ocultar.
“Esperamos que las filtraciones no tengan consecuencias adversas a lo buscado”, dice uno de los apartes del comunicado suscrito por el canciller Álvaro Leyva, el cual está relacionado con una explicación soterrada sobre la ausencia de Colombia en la sesión del Consejo Permanente de la OEA, donde se condenó el comportamiento de Daniel Ortega en Nicaragua.
¿Esa declaración es un pasaje de la nueva diplomacia? Algunos dirán que sí porque diplomáticamente hace alusión a filtraciones de información frente a las misteriosas gestiones humanitarias del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia a favor de Nicaragua.
Pero otras personas -menos diplomáticas- también leímos un mensaje amedrentador a los medios de comunicación y a los periodistas, en el sentido de adjudicarnos algún tipo de responsabilidad por las consecuencias derivadas de esas mal denominadas filtraciones.
Por ello, canciller Leyva, le pregunto directamente: ¿a usted le molesta el papel que cumple el periodismo en una democracia liberal?
De un lado, lo digo porque eso que denomina en el comunicado como filtraciones es realmente el ejercicio libre e independiente de la actividad periodística, principio fundamental de la libertad de prensa y de expresión, protegido por la Convención Americana de Derechos Humanos, por la Carta Democrática Interamericana y por la Constitución Política de Colombia.
Y del otro lado, le recuerdo que a las figuras públicas, líderes políticos o altos servidores del Estado les asiste una carga de mayor tolerancia frente a la crítica y al escrutinio público. Es una exigencia de apertura mental ante los cuestionamientos del periodismo para garantizar la vigencia de una sociedad democrática.
Por irónico que pueda sonar, una de las críticas que trae la Resolución de la OEA, aprobada sin el concurso de Colombia, es el rechazo al hostigamiento que padecen las voces críticas del gobierno de Managua. Quizá, si la delegación diplomática de Colombia ante la OEA hubiera participado en esa sesión del Consejo Permanente entendería con claridad que en democracia no existe espacio para la tolerancia diplomática cero.
En conclusión, el papel del periodismo en una democracia consiste en buscar de manera imparcial la verdad, especialmente cuando los poderosos la quieren ocultar. Y el papel de quienes ostentan poder público, como es el caso del canciller Leyva, es ser tolerantes ante los cuestionamientos de la prensa y entregar la información requerida por los periodistas, sin lugar a frases descalificadoras o amenazantes.
@JairoLibreros
Editor y analista político de Noticias RCN y NTN24