¡Invertir en los jóvenes sí paga!
El hallazgo más relevante es la necesidad de invertir más en los jóvenes de nuestro país.
Esta semana se publicó el Décimo Estudio de Percepción de Jóvenes, realizado en alianza con la Universidad del Rosario, El Tiempo, la Fundación Hanns Seidel Stiftung y la firma encuestadora Cifras y Conceptos. Una encuesta que se enfoca en analizar qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia, analizando su visión sobre el gobierno, las instituciones, la coyuntura política y explorando sus intereses y emociones.
El estudio ofrece un análisis fascinante en cada uno de sus apartados. Sin embargo, quiero centrarme en el hallazgo que, a mi parecer, es el más relevante: la necesidad de invertir más en los jóvenes de nuestro país. Un tema clave que se contrasta con problemáticas actuales que afectan la participación y el desarrollo de la juventud en Colombia. Me refiero a las carencias del Subsistema Nacional de Participación Juvenil, expuestas en la más reciente Asamblea Nacional de Juventud, o a los problemas administrativos que impactan negativamente la financiación del ICETEX y ponen en riesgo la continuidad de la educación de cientos de jóvenes, solo por mencionar algunas.
La inversión en la juventud sí paga, porque se convierte en un negocio gana-gana en el buen sentido de la palabra. La educación, el empleo y la formación política son los aspectos clave en los que debe enfocarse la política pública, los esfuerzos administrativos y legislativos, así como las iniciativas nacionales y locales en favor de los jóvenes.
Educar a los jóvenes, reconociendo la importancia del relevo generacional, permite mejorar las oportunidades y potenciar el desarrollo del país. Según la encuesta, la falta de acceso a la educación superior está en el Top 5 de los problemas que más afectan a los jóvenes. La juventud señala que la calidad de los programas de becas y financiación ofrecidos por las universidades en Colombia es limitada. Expresan que se deben reducir los costos de las matrículas y mejorar su vinculación al mercado laboral. Y particularmente, el actual Gobierno y los próximos deberán redoblar esfuerzos para llevar educación superior de calidad a las regiones.
Existe un reto enorme en el sector educativo; no obstante, hay una oportunidad aún más grande para capitalizar la confianza que los jóvenes tienen en las universidades públicas y privadas. La juventud confía y reconoce el valor de la educación superior para su desarrollo personal y profesional. Los jóvenes no son “vagos”; por el contrario, son tan pilos que quieren seguir formándose. La inversión en educación siempre será un esfuerzo que se retribuye a la sociedad.
Por su parte, el empleo, junto con la inseguridad y la salud, se posiciona como una de las principales preocupaciones de los jóvenes en Colombia, según el estudio. Los encuestados expresaron su inquietud por las barreras existentes para conseguir un trabajo, señalando que no hay una verdadera articulación entre el proceso de formación universitaria y la inserción al mercado laboral. Porque no se trata solo de estudiar, sino de estar preparado y contar con las herramientas necesarias para acceder a oportunidades que potencialicen su desarrollo profesional.
Además, no solo se trata de lo académico y profesional; se deben tomar en serio las iniciativas para hacer acompañamiento psicosocial en el proceso de acceso y desarrollo de capacidades en el trabajo. Desde cómo hacer una entrevista hasta aprender habilidades blandas para enfrentarse al mundo laboral. Estos esfuerzos deberán ser respaldados por las empresas del sector público y privado, quienes tienen la responsabilidad de invertir en la juventud y convertirse en actores clave para entender sus necesidades y ser aliados en su proceso de inserción laboral.
Fortalecer la capacitación juvenil en temas políticos también se refleja como una necesidad latente en nuestro país. Se sabe que el porcentaje de jóvenes que participan activamente en política es muy reducido, y la participación real sigue siendo más pasiva que activa. Hoy en día, la juventud quiere entender la política y formarse, no necesariamente con aspiraciones electorales, pero sí para tener una voz más activa y consciente sobre su rol en la democracia colombiana.
Un aspecto clave que revela esta encuesta se enfoca en cómo mejorar la representación política de las mujeres, apelando a incentivos que respalden sus liderazgos. En este punto, la necesidad de impulsar la formación y capacitación en liderazgo político resulta esencial para fortalecer su proyección en el mundo político y electoral, especialmente en las regiones, donde esta brecha se profundiza. La juventud mantiene viva la esperanza y, cada vez más, participa en espacios políticos que van desde el activismo digital hasta el trabajo en terreno.
La juventud colombiana enfrenta grandes retos, pero también tiene el potencial de ser la fuerza transformadora que el país necesita. Invertir en educación accesible y de calidad, empleos dignos y formación política no es solo responder a sus necesidades, sino garantizar un futuro que impulse sus capacidades y potencie el progreso de la nación. Los jóvenes no buscan privilegios, sino herramientas para aprender, trabajar y liderar. Si Gobierno, empresas, universidades y sociedad civil asumen este compromiso, podrán sentar las bases para construir una sociedad más fuerte y próspera. Al final ¡invertir en los jóvenes sí paga!