La oposición aprendió a ser oposición
La oposición dio su golpe más contundente en las calles y el 21 de abril de 2024 pasará a la historia como un referente de movilización social.
Para nadie es un secreto que las elecciones de 2022 fueron un golpe contundente contra la derecha colombiana, donde ninguno de sus líderes estaba preparado para asumir el nuevo rol que les había otorgado la democracia: dejar de ser gobierno y empezar a ser oposición. Un traje que aún no estaba hecho a su medida, las circunstancias del país en ese momento aún le permitían mucho margen de maniobra al recién llegado presidente y complicaba el camino de algunos sectores para ejercer una oposición fuerte.
Pasaron varias marchas desde octubre de 2022 hasta llegar a la de hoy. En el camino, la oposición empezó a encontrar referentes políticos que realizaran un verdadero contrapeso político al Gobierno de Pacto Histórico. Y siendo muy honestos, el líder de la oposición hoy en día se llama, Daniel Briceño. El actual concejal de Bogotá ha liderado la oposición a Gustavo Petro más allá del discurso y ha traído argumentos con respaldo jurídico y contractual a la discusión política.
Por fortuna para la oposición, la incompetencia del presidente Petro también ha sido el combustible más apropiado para conectar con más ciudadanos que están inconformes con su gestión, sus reformas y amenazas de alterar el orden constitucional del país.
Cada persona que salió a marchar el 21 de abril representa cada una de las decisiones del Gobierno Petro que han afectado al país, y que han desatado un inconformismo tan grande que permitió evidenciar que hoy en día la oposición ya no es únicamente de la derecha. Desde los más tibios hasta los votantes arrepentidos se unieron a una marcha que representó la unidad de un país que se está dando cuenta de la verdadera cara de Gustavo Petro.
En esta oportunidad, la marcha despertó gran preocupación y desespero por el presidente y sectores afines a su gobierno. Los esfuerzos por desinformar en redes fueron masivos y la declaración de un día cívico (con tinte cínico) para impulsar un fin de semana con puente, permitieron entrever el afán de Petro por contrarrestar el impacto que tendría la marcha. Y cómo no iba a estar desesperado si llegaba a estas marchas con una creciente desaprobación del 60% y una popularidad que cada día es menor.
La oposición aprendió a incomodar al actual Gobierno, utilizando algunas tácticas que les aplicaron por muchos años cuando fueron Gobierno. Sin embargo, cabe resaltar que a diferencia de las marchas impulsadas por el “Petro opositor”, en esta marcha no hubo violencia, vandalismo ni ninguna clase de agresión de manifestantes contra la fuerza pública y viceversa. Tampoco llegaron buses con gente financiada para ir a marchar, alterar el orden público y desatar el caos en las ciudades.
El 21 de abril de 2024 pasará a la historia como un referente de movilización social auténtica, masiva y en paz. Aunque aún no hay datos oficiales, y con temor a equivocarme, creo que no se veía una marcha así de grande desde la realizada en 2008 en contra de la exguerrilla de las FARC.
Definitivamente no fue una marcha de “élites”, el descontento con Petro es real y es de la gente que día a día evidencia que, si hubo un cambio, pero no precisamente para que las cosas mejoraran. ¿Petro será capaz de dejar a un lado su ego de poder y escuchar a un país verdaderamente inconforme con su gestión?
La oposición dio su golpe más contundente en las calles y la ciudadanía exige más soluciones construidas con rigor y menos soluciones impulsadas desde el sesgo ideológico. Y ojo, porque después de hoy las marchas de oposición no le pertenecen a la derecha, le pertenecen a la mayoría de los colombianos que a pesar de sus diferencias ideológicas, se unen en contra de un Gobierno que pone el capricho sobre la sensatez y el consenso ciudadano.