Medellín como Argentina, juega la final de su vida

El próximo año, Medellín como Argentina en el mundial, se juega la final de su vida. Un partido de fútbol de noventa minutos, más el alargue y los penales, si es el caso, bien retrata a la vida misma, su belleza, el dolor, la incertidumbre y ante todo, la diferencia que hace el trabajo disciplinado y en equipo. En síntesis, retrata cómo las ganas son el sentimiento que inclina la balanza hacia un lado o hacia otro.

En Medellín tenemos ganas, ganas de elegir una administración municipal transparente y austera, que dedique los recursos públicos (entre ellos más de un billón de pesos al año que recibe de Empresas Públicas) a la superación del hambre y la promoción del emprendimiento juvenil. 

Tenemos ganas de elegir una administración que una a los sectores académicos, sociales y de producción. Que se oponga a las narrativas de odio que anulan las oportunidades de progreso, afectando en especial, a los más jóvenes. Tenemos ganas de elegir una administración que resuelva la problemática de inseguridad de las comunidades cuya libertad está seriamente amenazada por la delincuencia que asesina, roba, extorsiona, trafica, entre otros.

Tenemos ganas de elegir una alcaldía con un equipo humano que cuide las instituciones públicas, sus programas y sienta sentido de pertenencia por ellas. Solo así nuestras Empresas Públicas, el Metro, Ruta N, el Inder, Buen Comienzo, el Hospital General, entre muchas otras, volverán a prestar un servicio con altos estándares de calidad a los ciudadanos de Medellín.

Tenemos ganas de elegir una administración que priorice las políticas públicas de atención a los habitantes de calle. Que no les de la espalda y los abandone sino que trabaje con amor por solucionar sus problemáticas. Una administración que resuelva las dificultades para acceder a vivienda que afectan a miles de ciudadanos que aún no reciben sus propiedades. Que trace el camino para que el Centro de Medellín sea de nuevo el corazón de la ciudad, limpio, con seguridad, cultura y con una agenda turística atractiva.

Queremos elegir un alcalde o alcaldesa que priorice el mantenimiento a la infraestructura física de los colegios, parques de recreación, espacios deportivos y a su vez, que una esfuerzos para lograr que sean espacios libres de drogas. Una administración que lidere políticas de medio ambiente y de movilidad, estructuradas y estudiadas, sin improvisación que afecte la calidad de vida de los ciudadanos. 

Una administración que concentre esfuerzos en los programas de alimentación infantil y de atención integral a nuestros adultos mayores. Que atienda las innumerables denuncias de violencia contra la mujer, física o psicológica. Que respete el derecho a la libertad de expresión de los medios de comunicación y de la oposición política o ciudadana.

Las ganas que tenemos en Medellín no se reducen a elegir a un alcalde o alcaldesa con ideología de izquierda, de centro o de derecha. No. Son ganas de elegir ante todo, un proyecto construido sobre pilares de amor a nuestra tierra y de ética en lo público. Son ganas de recuperar la esperanza, de volver a confiar en un equipo humano que nos gobierne a todos los ciudadanos sin distinciones. Son ganas en sí mismas de volver a trabajar por nuestra ciudad bajo un liderazgo que nos una e inspire.

Medellín como Argentina se juega la final de su vida para lograr superar dramáticas cifras, tales como un 27% de pobreza, 400.000 personas con hambre y 150.000 jóvenes desempleados en el área metropolitana. Para triunfar se requiere creatividad. Se requiere perseverancia en el dialogo con las comunidades para trazar las soluciones a sus requerimientos. Se requiere unión de quienes amamos la ciudad y ante todo ganas, que como vemos, sobran por las razones que la inspiran.

Más allá del Messi, el líder imprescindible para guiar el camino hacia el triunfo y del talento de cada jugador, las ganas del equipo serán el insumo que incline la balanza para que en octubre de 2023 podamos gritar a una sola voz: ¡Medellín campeona! 

@JuliaCorreaNutt