¿Cómo engañar al ganso?
No solo van a quitarle plumas a todos los gansos, sino que se van a ensañar con los que menos plumas tienen.
“Desplumar el ganso con el mínimo de graznidos”, en eso consiste el “arte” de cobrar impuestos, decía Jean-Beaptiste Colbert, ministro de la corte de Luis XIV. Por desgracia, la reforma tributaria que ha propuesto el gobierno no parece tan preocupada por los quejidos de los gansos como por arrancarles todas las plumas.
Durante la campaña anunciaron que los únicos gansos a desplumar serían los de alta alcurnia. Cuatro mil grandes fortunas, advertía Petro sin sonrojarse, serían las únicas que pagarían más impuestos.
Luego de la victoria el libreto cambió. Sacudido por la realidad, el equipo económico reconoció que no serían únicamente los gansos más gordos y mejor alimentados quienes perderían sus plumas. Como no cuadraban las cuentas, se dejó de hablar de los 4 mil más ricos, para referirse al “1% más rico”. Ya no eran 4 mil sino quinientos mil colombianos.
Pero cuando, ya posesionado el presidente, radicaron la reforma en el Congreso, el texto decía otra cosa: No eran 4 mil, ni el 1%, ni quinientos mil, sino millones de colombianos los que pagarían más impuestos.
El texto del proyecto de reforma tributaria implica que incluso los colombianos más pobres van a pagar más impuestos. Es decir, vienen por todos los gansos, hasta por los que nunca han tenido plumas.
Según datos del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, una familia que pertenece al 10% más pobre del país, pagará $7.708 adicionales, debido a los nuevos gravámenes que plantea la reforma.
Podrá parecer muy poco dinero, el problema es que estas familias tienen ingresos mensuales muy bajos. Se encuentran en la pobreza extrema, y esos $7.708 representan en promedio el 4,7% de sus ingresos mensuales, según encontró un estudio publicado por el economista Martín Jaramillo y Libertank.
De otro lado, una familia que pertenece al 2% de las que tienen más ingresos, y que puede recibir más de 12 millones mensuales, apenas pagaría un 0,6% adicional en impuestos.
Dicho de otra forma: una familia pobre tendrá que dedicar un día y medio de ingresos para pagar los nuevos tributos, mientras que una de las más prósperas lo hará con apenas 4 horas de sus ingresos.
El gobierno no cumplió con la promesa de tocar, únicamente, a los multimillonarios, pero tampoco con la de hacer una reforma progresiva, pues los más pobres asumirán una carga proporcionalmente más pesada.
No solo van a quitarle plumas a todos los gansos, sino que se van a ensañar con los que menos plumas tienen.
Esto significa que, en contravía de la narrativa de que esta reforma no va a afectar, para nada, a los ciudadanos más pobres, los cálculos de entidades independientes indican que es todo lo contrario: a quienes más perjudicaría, en proporción, es a los que menos tienen.
Mintió el gobierno haciéndole creer a los ciudadanos que solo los multimillonarios pagarían la reforma. Sigue mintiendo sobre la “progresividad” de la reforma.
Si algo nos ha enseñado Gustavo Petro es que, en política, los símbolos son más importantes que los datos y más poderosos que los hechos:
Los gansos pueden soportar que les mientan y aguantarán con resignación la desplumada, lo que no soportarán es que sus plumas, así sean unas pocas, terminen en las almohadas del presidente.
@IglesiasJulio87
Analista Financiero