¿Alzar la voz es una amenaza para la seguridad nacional?

Un presidente que está a la altura respeta, facilita mesas de concertación y respeta la voz manifestante. Pero esto es ficción para Colombia.


Karol Franco
may 05 de 2021 07:48 a. m.
Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN

Por: Karol Franco*
@karolfrancog en Twitter

Alzar la voz en contra de una injusticia y ser sometidos a una injusticia mayor. Este es el panorama en Colombia. Manifestar inconformidad sobre políticas humillantes es convertirse en una amenaza para la seguridad nacional, por lo tanto se es objeto de detenciones arbitrarias, torturas y hasta la muerte. Realmente quién es la amenaza ¿el que grita o el que silencia el grito con balas?

¿Qué más se puede esperar de un gobierno que no estuvo del lado de la paz?

Siete días se completan de enfrentamientos de los ciudadanos con las fuerzas armadas, ya no se les puede llamar asambleas o movilizaciones de ciudadanos, lo que está sucediendo es una masacre. El ciudadano sale con su arenga, su persistencia de querer vivir mejor y se enfrenta a la fuerza de las armas que su propio presidente le envía.

No todos los que salen a las calles son buenos, no todos son utópicos, eso es cierto. Yo no voy a romantizar las marchas; así como hay movilizaciones que se oponen al poder, también están las que defienden a genocidas. Ahora, salir con la fuerza de las ideas, desplegar en lo público peticiones argumentadas, ello merece respeto.

Un presidente que está a la altura respeta, facilita mesas de concertación y respeta la voz manifestante. Pero esto es ficción para Colombia.

Es claro que la debilidad se oculta detrás de las fuerzas armadas. En cambio, la fortaleza de los ciudadanos está en la reafirmación del derecho y también en valorar la vida. No se puede negociar con las balas. Es necesario parar esta oleada de violencia, el presidente no la va a parar, la orden militar ya se dio.

Me opongo a la muerte violenta. Es claro que para este gobierno no todas las vidas son valiosas, muestra de ello son las cifras oficiales, para nada coinciden con las presentadas por las organizaciones de derechos humanos. La defensoría del pueblo en el comunicado del 4 de mayo habla de 19 personas fallecidas respecto a las 31 reportadas por estas organizaciones.

Para Duque las vidas de los ciudadanos son prescindibles, así que prefiere la muerte sobre la negociación. Olvida que nadie gobierna sobre los muertos y que sus acciones son genocidas y condenables, por ello la ONU ya manifestó preocupación.

El silencio y asumir la opresión no es el camino, tampoco lo es una oposición violenta. Es necesario una organización social que construya una estrategia desde la no violencia.

*Directora de Revista Level. Experta en equidad de género.

NoticiasRCN.com

Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN

Otras noticias