El mal querer de Rauw y el dilema de la infidelidad

Se nos olvida a veces que nadie, ni hombres ni mujeres, merecemos ser engañados; que todos somos vulnerables más allá de lo que dejamos ver en redes sociales.


Laura Daniela Alturo
jul 28 de 2023 07:37 a. m.
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Las últimas semanas el mundo del espectáculo ha estado cargado de noticias sobre supuestas infidelidades, finales de relaciones que solemos idealizar sin conocer y chismes sobre modelos que pudieron o no estar envueltas en simples encuentros casuales con cantantes famosos. Un torbellino farandulero que nos pone de nuevo ante una situación que despierta muchas preguntas sobre la forma en la que culpamos y señalamos a las mujeres sin ninguna justificación.

Cuando Piqué y Shakira terminaron su relación, los medios nos volcamos a escarbar hasta lo más profundo en la vida de la nueva pareja del futbolista. Los comentarios en redes sociales y los titulares despiadados se convirtieron en un panorama diario, como si viendo a través de esa ventana que separa a los famosos y a los simples mortales, se nos olvidara que también son personas que sienten.

Ahora, con el fin del compromiso entre Rosalía y Rauw Alejandro, la situación no fue muy distinta. Twitter se convirtió en el chismógrafo para enterarnos de los supuestos romances que tuvo el cantante con varias mujeres durante sus giras en Latinoamérica.

El nombre de una modelo paisa salió a rodar en esta historia y, como no es de extrañar en Colombia (potencia mundial del chisme como leí por ahí), las versiones se fueron tornando cada vez más complejas y personales. Entre chistes y señalamientos, la aparentemente sana ruptura de Rosalía y Rauw se volvió noticia nacional. 

De un momento a otro, Twitter se convirtió en una lista de lo que hace y no hace la modelo en cuestión. Supuestos conocidos y hasta amigos, empezaron a contar versiones de cómo se gana la vida y, aparentemente, a todos nos sorprendió que en Medellín exista un mercado que nunca ha sido secreto.

Y aunque ese no era el tema ni el punto de la inútil discusión inicial, ella terminó en el centro de un montón de personas paradas tras una pantalla hablando de cómo fue capaz de meterse con un hombre con novia, cuando quien realmente tenía la responsabilidad de respetar su relación era él.

Esta columna, a modo de mea culpa, es un intento de reflexión sobre todo eso que hacemos, decimos y reproducimos desde la distancia frente a situaciones que nunca vamos a tener cómo comprobar, y que por más que pudiéramos hacerlo, tampoco nos compete.

Ya sea desde la comodidad de nuestra casa y por el simple morbo de lo que pasa, o desde el ejercicio de los medios de comunicación en el que nos agarramos de historias como estas para obtener visitas y crecer en tráfico, deberíamos aprender a distinguir entre lo que está o no al alcance de nuestro opinómetro.

Incluso, más allá de la mera opinión, está esa peligrosa y frecuente idealización sobre relaciones y personas que ni siquiera estamos cerca de conocer. Empiezan las comparaciones odiosas: que si a Rosalía y a Shakira les pusieron los cachos, por qué nosotras (comunes y corrientes) nos salvaríamos de una situación así; o que les fueron infieles con mujeres más jóvenes y “más bonitas”, entonces se merecían ser traicionadas. Una infinidad de comentarios que no tienen pies ni cabeza.

Se nos olvida a veces que nadie, ni hombres ni mujeres, merecemos ser engañados; que todos somos vulnerables más allá de lo que dejamos ver en redes sociales, y que la vida privada se llama así porque comprende lo más íntimo de cada uno.

Editora de Género de NoticiasRCN.com
@humoazul_

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