Qué compitan las mujeres, pero no las que se ven así

Imane Khelif y Lin Yu Ting, dos boxeadoras que se ven expuestas a un escrutinio fundamentado en la transfobia, los prejuicios y la desinformación.


Laura Daniela Alturo
ago 03 de 2024 07:00 a. m.
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La celebración de los Juegos Olímpicos París 2024 apenas va por la mitad y ya hemos visto como la transfobia y la discriminación abarcan titulares en los medios del mundo, alimentados por discursos de odio que se promueven desde bases de ultraderecha y algunas corrientes del feminismo.

Todo inició con la pelea entre la argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini. Esta última se retiró de la competencia tras 47 segundos en el ring, asegurando que “no estaban en igualdad de condiciones” después de recibir un golpe por parte de su oponente.

Esas “condiciones” de las que hablaba Carini tiene que ver con los supuestos “altos niveles de testosterona” en el cuerpo de Khelif, que habrían sido hallados cuando fue descalificada por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) en 2023. La misma Asociación a la que el Comité Olímpico Internacional le quitó la organización del torneo por su falta de transparencia.

Lo mismo le sucedió a la taiwanesa Lin Yu Ting, quien ha sido víctima igualmente de comentarios discriminatorios en estos olímpicos.

En un reciente comunicado, la IBA se refirió a las descalificaciones de las atletas en el Campeonato Mundial de Boxeo 2023, asegurando que esta se debió a que “no cumplieron con los criterios de elegibilidad” que emite una prueba cuyos resultados hoy siguen bajo “confidencialidad”.

En el caso de Khelif, los videos de su corto encuentro con Carini se hicieron virales en poco tiempo y la lluvia de críticas no se hizo esperar.

Que es una mujer trans, que parece un hombre, que la italiana estaba en desventaja, que es una “injusticia” permitir a competidoras trans en justas femeninas… en fin.

Pero, como siempre, todos terminamos siendo expertos temporales frente al tema del momento y lo problemático de esto es que nos volvemos canales para reproducir discursos de odio que nacen de la desinformación y de esos estereotipos fantasiosos de cómo debería verse una mujer.

Khelif tiene 25 años y nació en una zona rural de la provincia de Tiaret, en Argelia. Contó, hace unos meses, en una entrevista con Unicef que su gusto por el fútbol durante su adolescencia fue lo que la llevó más tarde a interesarse por el boxeo, una idea que su padre desaprobaba por completo.

Para poder practicarlo, Imane tenía que viajar cada semana a un pueblo que quedaba a 10 kilómetros de su casa y para costear los viajes empezó a trabajar vendiendo chatarra. Fue en 2018 cuando finalmente cumplió el sueño de competir profesionalmente en torneos de alto nivel.

Pero a ella no siempre le fue bien peleando, solo fue hasta los Olímpicos de Tokio 2020 cuando logró llegar a cuartos de final, en donde fue derrotada por la irlandesa Kellie Harrington.

Hoy, Imane es duramente juzgada y señalada por supuestamente ser una mujer trans que participa en las justas femeninas de boxeo en los Olímpicos, pero ¿qué tanto de eso es cierto?

Argelia es un país africano en el que no existe la opción de cambio de sexo, por lo que los ciudadanos transexuales no son reconocidos. Además, el código penal establece castigos de hasta dos años de cárcel y multas de hasta 2.000 dinares para personas que sean encontradas “culpables de un acto de homosexualidad”.

Imane Khelif ha sido defendida por la delegación de su país y por el mismo Comité Olímpico Internacional (COI), pues en sus documentos figura como mujer cisgénero, es decir, que su identidad de género y sexo asignado al nacer son coincidentes. Lo mismo pasa con Lin Yu Ting.

En medio de toda esta polémica, el portavoz del COI, Mark Adams, salió a aclarar los rumores. Dijo en un comunicado que “al igual que en las competiciones olímpicas de boxeo anteriores, el sexo y la edad de los atletas se basan en su pasaporte”. Asimismo, reiteró que las dos atletas en cuestión (Khelif y Lin Yu Ting), “han estado participando en competiciones internacionales de boxeo durante muchos años en la categoría femenina” y que sus descalificaciones por parte de la IBA se dieron de forma “repentina, sin ningún debido proceso”.

Nuevamente, dos boxeadoras que nacieron como mujeres, que fueron registradas como mujeres, que crecieron como mujeres y que han competido como mujeres a lo largo de toda su carrera, se ven expuestas ante un escrutinio injusto y plagado de discriminación.

Nadie habla de su historia, de cómo llegaron hasta donde están, ni de cuanto tuvieron que luchar por cumplir el sueño de competir en un deporte tradicionalmente masculino, cuya categoría femenina fue incluida en los Olímpicos hasta hace apenas 12 años (Londres 2012).

Ahora el debate se centra en discursos que promueven una única manera de ver a las mujeres y en estándares de “feminidad” absurdos que terminan excluyendo a atletas como Imane Khelif y Lin Yu Ting.

@humoazul_

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