Un aporte a la seguridad alimentaria

La Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC, por sus siglas en inglés) publicó, el pasado 24 de abril, su más reciente informe titulado ‘Reporte Global en Crisis Alimentarias’, en el que detalla la vulnerabilidad de algunos países ante la falta de acceso a alimentos por parte de su población.

El documento, producto del trabajo conjunto de 16 agencias, entre ellas la FAO, señaló que 1,3 millones de personas en Colombia enfrentaron “niveles severos de inseguridad alimentaria”.

Por supuesto, las razones que causaron esta situación son amplias y diversas. “Los impactos de El Niño impulsaron la seguridad alimentaria rural, mientras que la falta de oportunidades laborales y los altos niveles de pobreza limitaron el acceso económico de los migrantes y refugiados a los alimentos”, explica el informe de la GNAFC.

Y así como las causas que llevaron a Colombia a engrosar la lista de países con inseguridad alimentaria aguda son diversas, también lo son las soluciones para revertir esa desdichada situación.

En esa línea, la cámara Procultivos de la ANDI destaca la importancia de aumentar las productividades de los cultivos en el país, para ofrecer más y mejores alimentos. Colombia tiene el potencial para ser despensa mundial de alimentos y no lo podemos desaprovechar.

De acuerdo con la FAO, en el mundo las plagas destruyen cerca del 40 % de la producción de los cultivos, lo que evidencia que protegerlos de manera adecuada es un imperativo si queremos alimentar a la creciente población mundial. A esto hay que sumarle que en Colombia, como desafortunadamente sucede en otras latitudes, hacemos pasar hambre a los cultivos, es decir, no los nutrimos de la manera correcta, por lo que los productores del campo se encuentran con cosechas por debajo de los rendimientos esperados.

Ese panorama pone sobre la mesa la necesidad imperiosa de entregar a los productores del campo las herramientas y los conocimientos para que hagan una óptima protección y nutrición de sus cultivos, ya que esto se traducirá en cosechas más abundantes y de mejor calidad.

Procultivos ANDI aporta a este objetivo mediante sus programas CuidAgro y Mentes Fértiles, que ofrece de manera gratuita a los distintos actores del agro colombiano. El año pasado, tal y como lo podrán constatar en nuestro informe de resultados de 2023, Procultivos capacitó a cerca de 10.000 personas en la protección y nutrición de cultivos, con la intención de aumentar las productividades de las cosechas a la vez que se es amigable con el medio ambiente.

Otra acción que aporta a la seguridad alimentaria es la polinización dirigida, una actividad poco explorada en Colombia con magníficos beneficios tanto para los agricultores como para los apicultores. Gracias al trabajo de las abejas, los agricultores obtienen cosechas más abundantes y de mejor calidad, mientras que los apicultores reciben un ingreso extra, más allá de los productos tradicionales de esta labor como lo son la miel y el polen, entre los más conocidos.

Aunque no lo parezca, conectar a estas dos actividades servirá como una herramienta que favorecerá la producción de alimentos, a la vez que cuida la salud de las colmenas. Es por eso que Procultivos realiza jornadas de alianza entre la agricultura y la apicultura, que en 2023 beneficiario a más de 1.500 personas en 12 departamentos de Colombia.

Sin duda que la alerta de la GNFAC sobre la seguridad alimentaria en Colombia debe ser muy tenida en cuenta. Es labor de todos aportar para que el país no solo produzca los alimentos suficientes que aseguren la alimentación de sus habitantes, sino que también desarrolle su potencial como despensa mundial de alimentos y haga así su aporte por reducir este flagelo que afecta a millones de personas en todo el planeta.