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¿Quién serás?

Depende de tu yo-3 prospectivo. El menos conocido, pero cumple la labor central de la existencia: elige nuestras motivaciones, anhelos, intereses y proyectos.


Miguel de Zubiría
oct 29 de 2021 06:00 a. m.
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Tus tres yoes

¿Quién serás? Pregunta muy inquietante. ¿Es posible predecirlo? Por supuesto que sí; no solo posible, sino altamente necesario. En verdad el futuro interesa mucho más que la pregunta clásica: ¿Quién eres? Pues el pasado pasó, el presente está desapareciendo, ¡solo nos queda el futuro!

Recuerdo a un sabio, posiblemente Galileo, a quien en su cumpleaños le preguntaron cuántos años tenía, respondió de un modo desconcertante: “Si acaso tengo 5 años”. Tenía toda la razón. 

Hemos comentado que los humanos poseemos tres yoes. El yo-1 –pasado-, resume nuestras cualidades, por ende, el ser más íntimo de cada quien. El yo-2 –presente, lugar psicológico de ocurrencia de nuestros vínculos, interacciones y relaciones, demasiado asociado con nuestras felicidades… e infelicidades. Y hasta ahora comenzamos a descifrar el enigmático yo-3 prospectivo. 

Disfruta el futuro, no el presente

¿Quién serás? Depende completamente de tu yo-3 prospectivo. El menos conocido de todos, pero que cumple, para mí, la labor central de la existencia: elige nuestras motivaciones, anhelos, intereses y por último los definitivos proyectos de vida. 

Mientras que los otros yoes los crean nuestros papás, hermanos, vecinos, profesores, amigos y demás, este mágico yo es plenamente libre, depende de ti por completo, de tus elecciones, tus quereres.  Prácticamente es una pizarra en blanco, que anhela ser escrita. 

Es el reino humano de las libertades. Reúne tus deseos, anhelos, motivaciones; herramientas psicológicas que te hacen libre, por lo tanto, este mágico yo es la fuente primaria de la autorrealización. Esta de diseñar y sobre todo en trabajar para materializar tus sueños y alcanzarlos. 

Tiene al menos dos condiciones. La primera, tener sueños. La segunda contar con cualidades autotélicas para plasmarlos en tu realidad. Entre ellas la iniciativa, el optimismo, la motivación, decisión, o la tenacidad. Al fallar la primera condición la felicidad motivacional se transforma en su contrario: apatía. Y a fallar las cualidades autotélicas el joven tiene metas, pero es incapaz de realizarlas, todo se queda en eso: sueños, anhelos, ilusiones. Pronto van desapareciendo los sueños y por esta vía el muchacho se hunde en la misma apatía o falta de sueños, ilusiones, motivaciones personales. 

Si el problema desmotivacional se detuviese allí sería grave. Pero casi siempre empeora y deteriora otros procesos psicológicos importantísimos. 

Le ocurre a Edwin, un jovencito de solo catorce años. Observa su afectograma de in-felicidades. Su muy alta apatía parece estar arrastrando a otros procesos psicológicos como la peligrosa auto devaluación y fragilidad. Tal vez también a la an-hedonia (dificultad para sentir placeres) y a la terrible falta de sentido de la vida. 

Solo queda en leve en Edwin su soledad, pero también esta se acentúa, pues ¿quién desea ser amigo de alguien apático? ¡Nadie! Con lo cual se cierra el círculo de las infelicidades juveniles en una dirección demasiado peligrosa. 

Significa que la pregunta por quién serás es todo menos de segundo orden. Podríamos afirmar: “Dime qué sueñas y te diré quién serás”. Siempre que tengas sueños y cualidades psicológicas para realizarlos. 

Vale la pena realizar este sencillo ejercicio con las primeras. Califica entre 0(nada) y 10(totalmente) las siguientes cuatro cuestiones. 

Eres una persona:

de iniciativa    _____
optimista        _____
motivada        _____
decidida        _____

*Psicólogo afectivo. Profesor de auto conocimiento

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