Nueva ofensiva israelí contra Gaza

El pasado 5 de mayo, el gabinete de seguridad de Israel aprobó una nueva ofensiva militar contra Gaza. La decisión se tomó después de que el ejército israelí, a través de sus portavoces, anunciara la convocatoria de reservistas para ampliar las acciones militares. La estrategia del ejército israelí consistiría en enviar a los nuevos contingentes a la frontera con el Líbano y la Cisjordania ocupada, con el fin de que los batallones que actualmente están desplegados en esas zonas participen en la nueva ofensiva sobre Gaza.

Esta nueva operación se enmarca en la visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prevista para la próxima semana en Medio Oriente. Aprovechando este contexto, el portavoz del Ministerio de Defensa israelí manifestó que podría abrirse “una ventana de oportunidad” para la liberación de los rehenes. En ese sentido, añadió: “Si no hay un acuerdo sobre los secuestrados, la operación Carros de Gedón comenzará con gran intensidad y no se detendrá hasta alcanzar todos sus objetivos”.

Respecto a la ayuda humanitaria, las autoridades israelíes anunciaron que la distribución, que hasta ahora ha estado a cargo de ONG internacionales y de Naciones Unidas, pasaría a estar bajo el control de empresas privadas israelíes. Esta declaración fue cuestionada por la ONU, que advirtió que ello podría constituir una manipulación de la ayuda humanitaria.

Por su parte, el general de brigada, Effie Defrin, señaló que la operación incluiría un ataque a gran escala, acompañado del traslado forzoso de la población civil hacia el sur de la Franja de Gaza. Esta ofensiva tiene como objetivo declarado “la conquista del territorio”.

De este contexto se pueden extraer tres grandes conclusiones:

Primero, Israel no ha sido disuadido en ningún sentido por la comunidad internacional y continúa violando abiertamente el derecho internacional de manera impune. Frente a este escenario, lanza una nueva ofensiva sin temor a sanciones por parte de las instituciones del sistema internacional.

Segundo, esta ofensiva busca claramente la ocupación del territorio palestino. Diversos líderes israelíes han manifestado su intención de apropiarse del territorio, lo que representa una anexión abierta y descarada.

Tercero, mientras Estados Unidos siga apoyando a Israel en su sistemática violación del derecho internacional público, del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, y permita que continúe este genocidio, nada cambiará. Israel se ha convertido en el intocable de la comunidad internacional, fuera del alcance de cualquier sanción, incluso por parte de Naciones Unidas.

A la fecha, se registran más de 40.000 palestinos asesinados, de los cuales son más de 20.000 niños y niñas. Se han bombardeado bienes protegidos como escuelas, mezquitas, hospitales y sedes de la ONU. Más de 200 periodistas han sido asesinados, según cifras oficiales de Reporteros Sin Fronteras. Estamos ante un genocidio cometido por Israel, un genocidio que la humanidad entera presencia a través de sus celulares, con total impunidad para estos criminales de guerra.