¡DEJEN EN PAZ A BOGOTÁ!
Estamos cansados de los abusos de los indígenas en Bogotá. No son manifestaciones pacíficas, terminan en acciones violentas que sufren los bogotanos que nada tienen que ver frente a los justos reclamos que le hacen al gobierno nacional.
Esta vez, en cinco días atacaron violentamente la embajada de Estados Unidos – hirieron con flechas a los policías- se tomaron entidades, un portal de Transmilenio, vandalizaron estaciones, dañaron cámaras de seguridad, bloquearon vías y tras del hecho se quedan en la Universidad Nacional.
Cuando escribía la primera versión de esta columna, no había ocurrido tan lamentable suceso en las inmediaciones a la embajada de Estados Unidos en Colombia. Es inaceptable. Atacaron con flechas a policías antidisturbios, al menos cuatro de los uniformados resultaron heridos en la cara, los brazos y las piernas. No hay justificación alguna de protesta, son actos delincuenciales, bárbaros que merecen un castigo por parte de la justicia.
Hay que decir que la respuesta de las autoridades igual fue tardía. No comenzaron el viernes los ataques, durante toda la semana bloquearon la 26, vandalizaron estaciones y cámaras de seguridad. Son mil 700 indígenas, que bloquearon la movilidad a unas tres millones de personas que se deben mover en el centro de la ciudad. También se tomaron entidades del estado como el Ministerio del Interior o la Agencia Nacional de Tierras frente a la vista desesperada de la gran cantidad de la gente.
No contentos, ingresan encapuchados al Portal 20 de Julio de Transmilenio e incitan los usuarios a que no pagaran el pasaje. Lo más cuestionable es que nadie reaccionó. Nada pasó. No actuó Transmilenio, tampoco la policía. Es inconcebible.
Y no es solo lo que pasa ahora en la Universidad Nacional, recuerden que hicieron y deshicieron en el Parque Nacional durante años. La misma Alcaldía denunció ante la fiscalía abusos de niños. Documentó maltrato a mujeres, enfermedades, desnutrición y permanentes riñas.
Los bogotanos estamos cansados y exigimos del gobierno nacional y del distrital reacción. Los abusos que cometen afectan los derechos fundamentales de una gran mayoría de la población. Ya vamos en ataques con flechas a los policías, vamos a ver si los responsables son judicializados como debería ser.
Sus necesidades de tierras y de seguridad son legítimas, pero los bloqueos, las tomas y el vandalismo no son el camino, al contrario desvirtúan sus reclamos. No más violencia, hay un repudio generalizado a estas acciones y exigimos a las autoridades actuar. ¡Dejen en paz a Bogotá!