Desahogo azul

Millonarios se sacó el peso de las críticas de más de tres años de proceso y qué mejor que frente a su rival de toda la vida.


Sergio García
jun 28 de 2023 10:31 a. m.
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Alberto Gamero aceptó el reto de dirigir a Millonarios, una de las instituciones más grandes del país, en diciembre del 2019. Desde entonces, el entrenador samario ha recibido miles de aplausos, pero muchas más críticas, al siempre desinflarse en las finales y no conseguir el resultado tan anhelado por la afición del cuadro ‘embajador’: la Liga colombiana.

Aunque para muchos Gamero ya estaba convirtiéndose en uno de los mejores entrenadores de la historia de Millonarios al implantarle una identidad al equipo, ser protagonista semestre tras semestre en el fútbol colombiano, vender jugadores y hacerlos vistosos para la selección, lo cierto es que a ‘Tito’ le hacía falta levantar una estrella hacia el cielo. 

Fueron tres años y medio en los que los hinchas de otros equipos gozaron como Millonarios casi siempre se clasificaba primero en el todos contra todos, ganaba clásicos importantes, pero por razones inexplicables del fútbol, se presentaba un momento en el que toda la ilusión se iba para el piso.

Las caídas fortalecieron el éxito

Un año después de haber llegado al banquillo albiazul, Gamero dirigió su primera final con Millonarios frente a Deportes Tolima. Debido a la pandemia del covid-19, la fiesta en los estadios tuvo que pausarse y los juegos se llevaron a cabo sin público.

Los capitalinos perdieron esa final en condición de local y nuevamente vinieron todas las burlas por parte de los aficionados de otros equipos…

A partir de ese momento, ‘Tito’ empezó a sacar jugadores de la cantera. Los jóvenes comenzaron a ser protagonistas en el proyecto de Millonarios para los siguientes años y lejos de ponerse en duda el proceso del técnico samario, los directivos del club siempre le mostraron su apoyo por el buen fútbol que practicaba en todos los estadios del país.

Las burlas seguían. Mientras tanto Millonarios se mantenía concentrado e iba a cada cancha de Colombia y daba clases de su buen fútbol. El trabajo del día a día era evidente en lo propositivo del equipo y los jugadores continuaron con la idea de su entrenador, la cual estaban convencidos de que en algún momento les iba a dar resultado.

Premio más que merecido

Después de duras derrotas, noches de no poder dormir, meses y años de larga espera, el premio llegó y de qué manera.

El equipo de Gamero ya era el mejor de Colombia por su fútbol y la personalidad con la que saltaban los jugadores a difíciles plazas del país; ahora se ratificó este calificativo al quedar campeón y no con un título más, sino frente a su archirrival histórico Atlético Nacional.

La final más importante de la historia del fútbol colombiano reunió a los dos equipos más grandes del país y el premio fue para el mejor, porque esta vez, como en muchas no ocurre en este hermoso deporte, sí ganó el mejor.

El proceso de Alberto Gamero por fin dio frutos y lo hizo en una final que no se olvidará nunca entre los aficionados del balompié nacional. Millonarios dio la vuelta en El Campín teniendo al frente a su máximo rival histórico y así el premio fue mucho mayor. Se disfrutó más, pues seguramente con el paso de los años cada nombre se recordará como uno de los partícipes del título más importante del FPC.

Así, llegó el desahogo azul. Las burlas terminaron. Todo por lo que se trabajó hoy se disfruta al máximo. Las calles de Bogotá y del país entero se vistieron de azul y blanco. Gamero por fin consiguió el respeto que tanto merecía y levantó una copa que será inolvidable…

Periodista
@SergioGarciaW_

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