‘Sanar’, la nueva obsesión de la juventud
¿Qué tan importante es ‘sanar’? ¿Qué tan real es la idea de ‘sanar’ que nos venden las redes sociales?
Las redes sociales han llegado para quedarse, desde allí cualquier campo puede ser abordado y definitivamente existe un público para todo tipo de contenido. De esta forma la psicología se ha hecho tendencia siendo cada vez más los videos, infografías, recreaciones, podcast, imágenes que tratan diferentes temas que aparentemente, van hacia el mismo objetivo: “ayudar a sanar”.
Quienes disfrutamos saber sobre psicología nos sentimos atraídos por este tipo de contenido, incluso, podemos llegar a pensar que por el hecho de escuchar cómo tratar trastornos, enfermedades, o profundizar en temas como tipos de apegos, heridas de la infancia, autoestima, relaciones sanas; podemos omitir el ir directamente con un psicólogo a terapia individual ya que el contenido que consumimos en redes puede reemplazarlo.
¿Las redes sociales se han convertido en la nueva terapia psicológica?
Para quienes vemos, leemos o escuchamos este tipo de contenido, sentimos que realmente puede ayudarnos a sanar, a conocernos a profundidad y sin duda, será de gran ayuda para aprender muchas cosas del ser humano que no sabíamos. Si bien las redes sociales son una ventana abierta hacia cualquier tema, es cierto que puede convertirse en una fuente de información muy valiosa, sin embargo, la exposición a tanta información sobre algo, también puede llegar a ser peligroso.
Ahora, a partir del contenido de psicología que hay en redes, creamos nuestros propios diagnósticos, simplemente con ver o escuchar sobre tipos de apegos, lenguajes del amor, heridas de la infancia e incluso trastornos; cada persona saca su propia lista de cosas que padece o sufre.
De esta forma, hemos empezado a pensar que ni siquiera es necesario ir a terapia, no es que las redes sociales lo reemplace, es que simplemente no se necesita ya que nosotros mismos sabemos qué padecemos y cómo tratarlo, ¿para qué más?
Aún así seguimos en una constante búsqueda por ‘sanar’, por liberarnos de la lista de mercado que nos hemos creado y que nos acompaña todo el tiempo. Es entonces cuando aunque tengamos toda la información posible, empezamos a preguntarnos: ¿Sanar significa que dejará de doler eso que siempre me ha dolido? ¿Será posible sanar para siempre? ¿Por qué si he hecho todo, sigo sin sanar?
El poder que le hemos dado a la palabra ‘sanar’
Si bien las sociedades imponen estereotipos que creemos que debemos cumplir para poder pertenecer, las redes sociales nos han dibujado un panorama en el que ‘sanar’ podría significar que somos perfectos, que no sufrimos, que nada nos duele, que tenemos relaciones perfectas y sabemos cómo reaccionar y manejar cualquier emoción. La pregunta es, ¿cómo hemos podido creer que todo esto puede ser cierto?
Sin duda, los estereotipos que hay siempre conducen al mismo camino engañoso: la perfección. Nadie dice que no tengamos traumas, pero lo ideal es que cuando hablemos de ellos digamos “Ya lo sané”. Es entonces cuando es importante hablar sobre el significado de esta palabra, ‘sanar’, ¿qué nos han hecho creer que significa?
Como es habitual, las redes han logrado construir un significado bonito, llamativo y atractivo para quienes queremos ‘sanar’, es así como hemos llegado a pensar que haciendo el paso a paso que nos dicen podemos olvidar aquello que nos duele y de paso sentirnos bien por el resto de nuestras vidas pero, ¿qué es sanar realmente?
Definitivamente sanar no es sinónimo de perfección, aunque si es verdad que a través de un proceso podemos resignificar traumas, heridas, dolores que tengamos a nivel emocional y psicológico, esto no significa que todo desaparezca sino más bien se trata de aprender a vivir con incomodidad, tal vez con dolor, sin intentar de evitarlo o evadirlo sino enfrentándolo una vez entendamos de dónde viene esto que tanto nos duele.
No importa qué tanto sepamos sobre psicología o qué tanto pensamos que sabemos, nada podrá reemplazar la terapia psicológica, que si bien no puede hacernos perfectos, si puede ayudarnos a construir la versión que queremos de nosotros mismos. Es importante entender que cuando hablamos de emociones, traumas, heridas, no es como ir al médico por un dolor de cabeza que se quita con una pastilla, no funciona así.
Como sociedad tenemos el poder de liberarnos de estereotipos, de la presión que nos han impuesto a ‘sanar’, a ser perfectos, a que nada duela ni incomode, a que todo puede solucionarse siguiendo los 5 pasos para ser felices, a que si seguimos sufriendo entonces estamos equivocados. La obsesión por sanar podría resignificar la intención de trabajar en sí mismo, en conocerse y acompañarse en el proceso de vivir.
Al mismo tiempo, debemos volvernos críticos de lo que vemos y consultamos en redes, sin romantizar la salud mental o la psicología en general. Crear nuestras propias opiniones sobre nosotros mismos y descubrir de forma individual qué nos duele, qué nos hace felices y en qué debemos trabajar para ser lo que soñamos ser.
@_ValentinaRom_