Atendemos riesgos, no los prevenimos | Por: Víctor Solano Franco
Por cada peso que dejamos de invertir en la prevención, tenemos luego que gastar 4 pesos en obras de reconstrucción y mitigación.
Por: Víctor Solano Franco*
@Solano en Twitter
En Colombia vivimos atendiendo emergencias, en lugar de prevenirlas. La historia de gestión del riesgo en el país no es tan afortunada como quisiéramos creer. Lo demostramos con la tragedia de Armero en 1985: Los científicos advirtieron lo que podría ocurrir y sin embargo fueron desatendidos.
Lo mismo ha pasado también con la tragedia de Mocoa, relativamente hace poco tiempo; solamente se ha ejecutado la mitad del presupuesto (de los 1,2 billones de pesos) para la reconstrucción de este territorio.
Ahora estamos viviendo la tragedia que ha ocurrido en el archipiélago de San Andrés y Providencia ¿Qué enseñanzas van a quedar de esto? ¿Atenderemos realmente rápido? Y no solamente eso: ¿Nos estamos preparado para posibles nuevas emergencias que van a ocurrir en distintos territorios del país?
Por cada peso que dejamos de invertir en la prevención, tenemos luego que gastar 4 pesos en obras de reconstrucción y mitigación.
Por nuestra historia y nuestra naturaleza, Colombia debería tener un trabajo de gestión del riesgo mucho más serio porque lo que puede venir puede ser peor. Vienen grandes fenómenos que ya estamos padeciendo como el calentamiento global, el cambio climático y eso no nos deja bien parados.
Si adicionalmente pensamos en que hay una correlación en que muchos de los episodios donde se presentan las peores emergencias ocurren en lugares en donde está la línea de pobreza, pues allí tenemos que pensar en cuál ha sido el papel del Estado para proteger a los ciudadanos.
*Periodista, profesor, emprendedor, podcaster y consultor en comunicación y reputación digital.