Estos son algunos de los alimentos que podrían generar salmonella, según expertos
Los especialistas han advertido sobre los riesgos que puede generar la falta de cocción de algunos alimentos.
Noticias RCN
05:22 p. m.
La infección por salmonella es una enfermedad bacteriana común que puede afectar el tubo intestinal. Esta bacteria suele vivir en los intestinos de animales y personas, pero puede ser expulsada por medio de las heces.
Aunque algunas de las formas más comunes de ingerir la bacteria se dan por medio del agua, los expertos hicieron una lista de varios alimentos que también pueden representar importantes riesgos de contagio.
Causas de la salmonella
Según Mayo Clinic, la mayoría de las personas se contagia de salmonella al consumir agua que ha sido previamente infectada con las heces. No obstante, algunos alimentos pueden contribuir a esta enfermedad.
Varios de estos son la carne cruda de res, de ave y algunos mariscos, ya que es posible que las heces ingresen en la carne cruda durante su paso por el matadero. En el caso de los mariscos, estos pueden infectarse si se recolectan de agua contaminada.
Los huevos crudos o poco cocidos representan un gran riesgo, pues algunas gallinas infectadas pueden producir huevos que contienen la bacteria. Así mismo, los productos lácteos no pasteurizados pueden estar infectados.
Así mismo, las frutas y verduras también se ven afectadas, ya que pueden lavarse con agua infectada o entran en contacto con los líquidos de la carne que se posee la bacteria.
Síntomas de la infección por salmonela
Según Mayo Clinic, el periodo de incubación de la bacteria se da entre 6 horas a 6 días. Por esto, algunos de los síntomas que se presentan, con mayor recurrencia, son la diarrea, los cólicos estomacales, fiebre, náuseas, vómitos, escalofríos, dolor de cabeza y sangre en las heces.
Algunas de las bacterias también pueden provocar fiebre tifoidea, una enfermedad que puede resultar mortal, sobre todo en varios países en desarrollo.
Aunque los síntomas duran pocos días, la diarrea puede presentarse por diez días o llega a transcurrir varios meses hasta que los intestinos vuelvan a su deposición de heces habitual.