¿Está dañando su cerebro sin saberlo? Las cinco claves para protegerlo del exceso digital
Expertos advierten sobre los riesgos del consumo desmedido de redes sociales y recomiendan prácticas simples.
Noticias RCN
12:28 p. m.
En medio de la popularización del término brain rot, traducido como “podredumbre cerebral” y recientemente elegido como palabra del año por la Universidad de Oxford, el debate sobre los efectos del uso intensivo de redes sociales ha escalado a niveles globales.
La ciencia ha comenzado a documentar con mayor precisión el impacto de la “basura digital”: ese cúmulo constante de estímulos breves, superficiales y altamente adictivos que priorizan la rapidez y el entretenimiento por encima del pensamiento profundo o la reflexión.
Varios estudios coinciden en que el consumo excesivo de este tipo de contenido puede reducir la materia gris, debilitar la memoria, disminuir la atención sostenida y afectar la autorregulación emocional.
Pero el fenómeno ha llegado incluso a los foros internacionales. La Comisión Intergubernamental de Ética de la Unesco ha iniciado un análisis sobre los efectos de los entornos digitales sobre la salud mental y la neuroplasticidad, especialmente entre jóvenes.
Desde ese organismo, la bióloga Gabriela Jiménez Ramírez, vicepresidenta del Comité de Bioética, lanzó un llamado a los gobiernos, educadores y ciudadanos para construir un ecosistema digital más equilibrado.
La diversidad mediática debe jugar un papel activo en la promoción de valores éticos y morales, contrarrestando la violencia y banalidad que a menudo impregnan las redes sociales. La salud mental de nuestros jóvenes es una prioridad.
Cinco claves para protegerse del exceso digital
Con base en los hallazgos científicos más recientes y las recomendaciones de organismos especializados, la experta compartió cinco acciones fundamentales que cualquier persona puede adoptar para preservar su salud cerebral en la era de la hiperconectividad:
Limitar el uso de redes y crear espacios sin pantallas
Reducir el tiempo que se pasa frente a las redes sociales ha demostrado mejorar el estado de ánimo y disminuir los niveles de ansiedad y depresión.
Establecer zonas libres de dispositivos, como el comedor o el dormitorio, permite al cerebro descansar, recuperar su capacidad de atención profunda y fomentar interacciones reales con otras personas.
Tomarse descansos digitales conscientes
La práctica diaria de al menos 10 minutos de mindfulness o atención plena tiene efectos positivos en la estructura cerebral: fortalece la corteza prefrontal, que regula la toma de decisiones, y reduce la activación de la amígdala, relacionada con el estrés.
Además, alejarse intencionalmente del entorno digital ayuda a prevenir la fatiga mental.
Mover el cuerpo y conversar cara a cara
El ejercicio aeróbico regular, como caminar o montar bicicleta, mejora la circulación cerebral y favorece la memoria.
Estudios demuestran que incluso puede aumentar el volumen del hipocampo, una región clave para el aprendizaje. Por su parte, las relaciones sociales presenciales estimulan la liberación de neurotransmisores como la oxitocina y la dopamina.
Desarrollar pasatiempos que exijan concentración
Leer, tocar un instrumento, pintar o resolver rompecabezas activa diferentes áreas del cerebro al mismo tiempo.
Estas actividades, a diferencia del consumo de contenido fragmentado, estimulan la memoria de trabajo, el pensamiento crítico y contribuyen a crear una reserva cognitiva, que puede proteger frente a enfermedades como el Alzheimer, según publicaciones recientes de Frontiers in Psychology.
Dormir bien, profundamente y con regularidad
El sueño profundo es esencial para la consolidación de lo aprendido, pero también para el funcionamiento de un sistema menos conocido: el sistema glinfático, encargado de eliminar los desechos tóxicos del cerebro, como la proteína beta-amiloide.
Dormir mal, en cambio, reduce la capacidad del cerebro para autorregularse frente a estímulos adictivos, y puede generar mayor impulsividad.
La Harvard Medical School y el National Institutes of Health (NIH) coinciden en que dormir bien es una de las formas más poderosas de proteger la mente.
Finalmente, en una era donde las redes sociales compiten por captar nuestra atención segundo a segundo, cuidar el cerebro se ha convertido en una responsabilidad urgente.