Estudio revela que la pandemia por el COVID-19 aceleró el envejecimiento cerebral

La pandemia a causa del COVID-19 ha sido uno de los momentos globales más estudiados por parte de la comunidad científica, pues ha representado uno de los mayores hitos que han marcado a la supervivencia humana y la capacidad de respuesta, por parte del hombre, ante eventos de riesgo y peligro.

No obstante, investigaciones han revelado los efectos negativos que el aislamiento social y la incertidumbre de dicha época generó en miles de personas por lo que, en una nueva investigación, científicos descubrieron cambios cerebrales que habrían aumentado el deterioro más rápido de la materia blanca.

¿La pandemia del COVID-19 aceleró el envejecimiento cerebral?

Según una reciente investigación, publicada desde el portal Nature Communications, se llevó a cabo el análisis de datos de 15.334 pacientes sanos de los cuales 996 aportaron dos exploraciones de imágenes, por medio de resonancias magnéticas, antes de la pandemia y después de esta.

Según los hallazgos encontrados, se logró determinar que, incluso con brechas de edad coincidentes, la pandemia aceleró significativamente el envejecimiento cerebral. A partir de los datos suministrados, se determinó que el grupo de la pandemia muestra una desviación de 5,5 meses mayor a la brecha de edad cerebral en el segundo punto temporal en comparación con los controles.

Así mismo, se determinó que el envejecimiento cerebral es más pronunciado en hombres y personas de entornos sociodemográficos desfavorecidos. No obstante, el envejecimiento cerebral acelerado se relaciona con la reducción del rendimiento cognitivo en las personas contagiadas por la infección del SARS-CoV-2.

Nuestro estudio destaca el impacto significativo de la pandemia en la salud cerebral, más allá de los efectos directos de la infección, lo que enfatiza la necesidad de considerar las desigualdades sociales y sanitarias más amplias, explica la investigación.

Estilo de vida y recuperación de la salud cerebral

Según la investigación, el estrés causado por la falta de certeza sobre el futuro, la inseguridad laboral, entre otros factores sociales, magnifican la señal de envejecimiento cerebral.

Aunque la profesora Dorothee Auer, autora de la investigación, manifestó que aún no se ha determinado si los cambios que se observaron se puedan revertir, previos estudios han explicado que la reducción del estrés sugiere que el volumen de la materia gris y la conectividad cerebral pueda recuperarse. Algunas actividades que podrían beneficiar dichos procesos son el ejercicio, el sueño y el contacto social.