Los perros que nunca abandonaron a su dueña atropellada por una moto

En Buga la conocen como "Cien pesitos", por su constumbre de pedir esa cantidad de dinero en el semáforo de la carrera novena con calle primera, en el norte de la ciudad. 

Pero Diana Marcela Rojas Oviedo también se ha hecho popular por el amor incondicional que le profesa a lo que ella llama "su única familia". 25 gatos y 10 perros con los que comparte la hostil y solitaria supervivencia como habitante de calle hace más de una década.

Vive en un cambuche de plástico y cartones a un lado de la carrilera del tren, que en la época dorada del ferrocarril colombiano conectaba al Eje Cafetero con la capital de Valle. Un sector al que Buga hace rato le dio la espalda, pero que por más abandonado y rezagado del desarrollo de este municipio se convirtió en un territorio seguro para "Cien pesitos" porque es en ese espacio donde ella ha podido criar y atender a sus 35 mascotas.

Sin embargo, al andar por las calles entre carros y motocilcetas los peligros para esta habitante de calle y sus acompañantes son otros.

El pasado sábado 10 de diciembre en la noche "Cien pesitos" manejaba su bicicleta por un sector del norte de Buga. No iba sola. Cuatro de sus más fieles compañeros la escoltaban: "Pulgoso", "Mona", "El Rayado" y "Chuchín".

De repente un motociclista se cruzó en su camino y la atropelló.

"Cien pesitos" quedó tendida en mitad de la vía con su bicicleta estropeada y un gran dolor en la espalda que le impedía ponerse de pie. Quienes se percataron del incidente llamaron a una ambulancia por el grave estado en el que parecía haber quedado la mujer de 48 años.

Cuando los paramédicos llegaron a auxiliar a la mujer presenciaron algo con lo que nunca antes les había tocado lidiar. Cuatro peludos rodeando a su dueña en cada instante del trayecto al hospital. 

El video en el que quedó grabado parte del sorprendente episodio lo logró un ciudadano que tampoco salía de su asombro.

El más angustiado fue "Pulgoso", el criollo blanco que saltó a la camilla para lamer la cara y acurrucarse entre los brazos de la mujer malherida. A pesar de haber sido apartado por los enfermeros, el perro insistió subiendo primero a la ambulancia sin dejarles más opción que llevarlo en el interior del vehículo médico como acompañante hasta el hospital Divino Niño de Buga, lugar en el que "Cien pesitos" recibió los primeros auxilios.

"Mona", "El rayado" y "Chuchín" corrieron detrás de la ambulancia siguiendo el estrepitoso sonido de la sirena hasta su destino.

Dos horas después la habitante de calle fue dada de alta. Sufrió una contusión en la parte baja de su espalda pero nada tan grave como para no salir caminando de vuelta a la dura vida de la calle. Claro está, junto a sus inseparables amigos.