¿Por qué las lesiones de rodillas son tan comunes y cómo se pueden prevenir?

¿Alguna vez ha sentido un dolor frecuente en sus rodillas o debilidad? Este es uno de los problemas más comunes por los que muchos pacientes acuden a consultas de fisioterapia. Algunos suelen preocuparse al pensar que puede ser un daño irreversible y puede afectar permanentemente su movilidad.

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Pese a que es muy frecuente escuchar a personas que sufren de dolores de rodilla, ningún dolor articular es normal y debe tratarse a tiempo antes de que se genere un desgaste mayor. Por ello siempre es recomendable consultar con un experto. 

En muchos casos, estas aflicciones suelen aparecer después de haber hecho un movimiento de manera incorrecta o haber sometido a los tendones a cargas que no pueden soportar, aunque también se puede dar por sedentarismo o factores de edad. 

¿Por qué ocurren este tipo de lesiones? 

Santiago Tamayo, experto en fisioterapia, reveló en Noticias RCN las causas más frecuentes por las que los pacientes presentan dolor en sus rodillas y cómo se puede prevenir. 

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Según Tamayo, las más comunes son las de artritis y artrosis, enfermedades que de generan en pacientes de edad avanzada debido al desgaste de tendones que se desarrolla a lo largo de la vida. 

No obstante, otra de las afecciones más comunes son las lesiones de ligamentos. La rodilla es una articulación intermedia entre la cadera y el tobillo, por lo cual está recibiendo mucha carga constantemente y si ese peso no se recibe de manera adecuada se pueden generar dolores.

Ahora bien, existe otro tipo de traumatismos causados por esguinces. El experto argumenta que el esguince hace referencia a una elongación mayor a la que se puede soportar o, en algunos casos, también se debe a un golpe fuerte. 

Desafortunadamente, los esguinces tienen una alta probabilidad de reincidencia que es incluso mayor del 50%. Esto ocurre porque las personas no realizan un procedimiento meticuloso y adecuado para fortalecer los músculos que rodean la rodilla y le dan estabilidad. 

Adicionalmente, hay otros factores que pueden influir en la afectación de la rodilla, como son las malas alineaciones patelofemorales, condromalacias patelares por mal uso de los tendones y sobre carga, entre otros.

¿Qué tan grave puede ser la lesión?

Tamayo señaló que existen tres grados de lesión. El primero, de acuerdo a lo mencionado previamente, se debe a una elongación excesiva del tendón. Suelen generar dolor, inflamación e inestabilidad. Se pueden tratar con terapia física y su tiempo de recuperación no es tan prolongado si se lleva el proceso adecuadamente. 

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Una afectación de segundo grado puede generar mayor dolor, inflamación y suele tardar más tiempo en sanar con fisioterapia, aunque aún se puede tratar de esta manera. También pueden causar desgarros en el ligamento que incrementan las molestias. 

Por último está el grado tres, casos en los cuales se habla de una ruptura parcial o total del tendón. Los síntomas suelen ser los mismos, pero más fuertes. Incluso, se suele generar inmovilidad completa de la rodilla. 

Son pocos los pacientes que requieren intervención quirúrgica, solamente la practican en casos de desgaste severo. Sin embargo, entre más joven sea el paciente, más se debe evitar hacer cirugía y buscar otras alternativas. 

¿Cómo prevenirlas?

"La mayoría de personas no tienen conocimiento de cómo funciona el cuerpo como tal sino que actúan por inercia", explicó el experto. 

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De esta manera, Tamayo recomienda hacer una evaluación minuciosa de cómo actúa nuestro cuerpo para corregir posturas y malos hábitos que puedan llevarlo a un desgaste, sobre todo en personas que practican deporte. 

Así las cosas, lo ideal es hacer un entrenamiento personalizado que ayude a generar estabilidad y fuerza tanto en los tendones como en los músculos que rodean la rodilla. Sin embargo, se debe tener en cuenta que "el cuerpo no trabaja de manera aislada", sino que se deben entrenar todas las zonas, porque incluso desde los hombros y espalda se puede generar una sobrecarga en las rodillas. 

La alimentación influye significativamente en este proceso, puesto que se debe tener una buena composición muscular para generar esta estabilidad y fuerza. Por más que se entrene el músculo, no va a tener una buena respuesta sin una buena alimentación, para lo cual se deben incluir todos los macronutrientes: Proteína, grasas y carbohidratos.

Recuerde que los requerimientos varían dependiendo de la persona, el peso, la estatura, edad y antecedentes médicos, por lo cual es necesario consultar a un experto antes de iniciar cualquier proceso y para recibir asesoría personalizada.