Choque térmico y sus peligros: ¿Qué es el síndrome de inmersión y cómo prevenirlo?

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El síndrome de inmersión es una amenaza oculta que puede afectar a cualquier persona que se zambulle de forma abrupta en aguas frías.


Noticias RCN

ene 09 de 2025
06:07 p. m.

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El síndrome de inmersión, comúnmente llamado hidrocución, es una reacción del cuerpo al sumergirse repentinamente en agua fría, provocando un choque térmico que puede resultar peligroso, e incluso mortal, si no se actúa con precaución.

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Este fenómeno, aunque no muy conocido, representa un riesgo real para quienes disfrutan de actividades acuáticas sin las medidas adecuadas.

¿Qué síntomas alerta sobre el síndrome de inmersión?

El cuerpo humano reacciona de diversas maneras al impacto del agua fría, y estas señales pueden ser indicativas de un posible síndrome de inmersión:

  • Mareos o confusión: El descenso repentino de la presión arterial puede afectar la capacidad de mantenerse consciente.
  • Dificultad para respirar: La contracción de los vasos sanguíneos puede desencadenar hiperventilación.
  • Escalofríos extremos: Una respuesta inmediata del organismo para regular la temperatura.
  • Pérdida de conciencia o paro cardíaco: En situaciones extremas, el choque térmico puede ocasionar un colapso del sistema cardiorrespiratorio.
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De acuerdo con la revista científica Journal of Physiology, estos efectos son más comunes cuando la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua es significativa, algo que ocurre con frecuencia en piscinas o playas durante el verano.

¿Cómo evitar el síndrome de inmersión al disfrutar del agua?

La prevención es fundamental para evitar este tipo de accidentes. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Entrar al agua de forma gradual: Mojarse previamente las muñecas, el rostro y la nuca ayuda al cuerpo a adaptarse.
  • Evitar inmersiones bruscas tras el ejercicio físico o la exposición prolongada al sol: El calor corporal intensifica el choque térmico.
  • Supervisar a niños y personas mayores: Son los más susceptibles a los cambios bruscos de temperatura.
  • Escuchar al cuerpo: Si se presentan mareos o escalofríos, es mejor abandonar el agua y reposar en un lugar seguro.
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Según la Sociedad Española de Medicina de Emergencias, educar sobre los riesgos del síndrome de inmersión es crucial para reducir incidentes. Estar informado y actuar con prudencia puede marcar la diferencia entre un día de diversión y una situación peligrosa.

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