Así se vivió el Festival de la Migración 2025: Nuquí, un poema a la vida
Nuquí se transformó en un escenario de conciencia y alegría desbordante durante el Festival de la Migración 2025.
Noticias RCN
09:55 p. m.
El alma del Pacífico colombiano se desbordó en una sinfonía de colores y esperanza durante el Festival de la Migración en Nuquí 2025.
Más que un evento, esta celebración se erige como un canto a la vida, un abrazo pedagógico y cultural que celebra la llegada de las ballenas jorobadas y exalta la identidad ancestral de las comunidades afrodescendientes e indígenas.
Organizado por la corporación Mano Cambiada, el festival es una ofrenda a la naturaleza, una cita imperdible donde la biodiversidad se funde con la alegría de un pueblo que entiende su tierra como el regalo más preciado.
Durante cuatro días, las calles de Nuquí se transformaron en un lienzo vibrante, pintado por la energía de niños y jóvenes que bailan, sueñan y se comprometen a ser los guardianes de su paraíso.
Josefina Klinger, líder de la Corporación Mano Cambiada, entidad organizadora del festival habló con Noticias RCN acerca de la belleza de este territorio colombiano:
Nuqui es un sitio de luz, es un lugar para los espíritus que están preparados y que además tiene una energía femenina y masculina, que le permite a uno encontrarse irremediablemente con uno mismo.
Festival de la Migración en Nuquí 2025: el arte de honrar la biodiversidad
Cada rincón del festival palpitó con un propósito: la conexión profunda entre el ser humano y el entorno. La magia de los talleres de educación emocional se entrelazó con el susurro de la selva y el sonido del mar.
Nadie debería irse de esta existencia sin conocer el Pacífico en general. Esta zona de Colombia solo da regalos.
El corazón del festival latió con fuerza en el "Bunde de la Migración", un desfile que fue una explosión de creatividad y conciencia.
Después de semanas de preparación, los niños, con disfraces elaborados de material reciclable, se convirtieron en ballenas majestuosas, tortugas serenas y guacamayas de mil colores. Sus trajes, más que un adorno, fueron una muestra de amor por los animales de la región.
El mar aparte de ser una despensa natural es un maestro y tiene el valor de la honestidad. El mar devuelve lo que no es de él y tiene la ley de causa y efecto. Es una energía viva que hay que respetar, mencionó Josefina.
Este desfile se transformó en un homenaje conmovedor a la riqueza natural, un espectáculo que honró la belleza de la flora y la fauna del Chocó.
Este encuentro con la naturaleza también contó con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, junto con Fontur. Ambas entidades respaldaron el evento como parte de la campaña "POR MI COLOMBIA de Turismo Responsable", que busca dejar una huella positiva en cada destino.