Hidrógeno verde como combustible, la apuesta de Chile, Australia, Reino Unido y la UE
Chile dispone de los elementos básicos para todo el proceso de producción de hidrógeno verde, pero recibirá inversión internacional para tecnología y proyectos.
AFP
05:08 p. m.
Chile, uno de los países con más potencial para generar energías renovables, acordó junto a Australia, Reino Unido y la Unión Europea unir fuerzas para hacer asequible y competitivo el hidrógeno verde, una alternativa a los contaminantes combustibles fósiles.
Esta asociación entre países con enorme potencial productivo y otros con gran demanda energética nació en el marco del encuentro medioambiental internacional CEM12/MI6 que se celebra virtualmente esta semana en Santiago como uno de los foros previos a la cumbre climática COP26, que tendrá lugar en Glasgow (Escocia) a finales de año.
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El hidrógeno verde, que libera energía sin emitir gases contaminantes, se está posicionando como una apuesta mundial para sustituir los combustibles fósiles, que potencian el cambio climático.
El acuerdo, bautizado como "Misión del hidrógeno", buscará conseguir competitividad de este combustible frente a los actuales contaminantes y provocar así una demanda mundial limpia en los años venideros.
"Lo que tenemos que hacer como planeta todos los países para poder usar ese hidrógeno aceleradamente es reducir su costo de producción, porque todavía es más caro de producir, transportar y almacenar que su alternativa como petróleo o gas", explica el ministro de Energía de Chile, Juan Carlos Jobet, quien agrega que la clave en el abaratamiento es reducir costos en la producción de electricidad.
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La clave: energías renovables
La producción de hidrógeno ya es una realidad, pero para que sea "verde" es necesario que la energía utilizada en el proceso de electrólisis del agua (la ruptura de su molécula) se genere de fuentes renovables como la eólica, la hidroeléctrica o la solar.
Hoy la electricidad que se genera en base a energías renovables es prácticamente imposible de exportar por la necesidad de tendidos eléctricos.
Por ello, se debe "tener energías renovables en cantidades", manifiesta el director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables, Franceso La Camera, quien pone como ejemplo a Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, que han instalado grandes plantas solares en el desierto de la península arábiga.
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La Camera destacó las posibilidades de Chile tanto en la generación de energía solar como eólica, ya que cuenta con el desierto de Atacama, el más árido del mundo y con la mayor radiación solar del planeta, también con los vientos patagónicos en la parte sur y austral del país.
"El mundo va a cambiar", menciona La Camera, agregando que actualmente más de dos tercios de los combustibles que se usan son fósiles y contaminan, pero "eso se va a reducir a menos del 15% para 2050", asegura, cuando debería cumplirse el compromiso del Acuerdo de París contra el cambio climático para que la temperatura del planeta no ascienda en más de 1,5 grados celsius.
Si el mercado avanza como se estima, con las previsiones más conservadoras apuntando a la competitividad con los combustibles fósiles en 2050 y las más alentadoras a finales de la década en curso, según La Camara Chile tiene un posición "inmejorable" para convertirse en una potencia productora y exportadora.
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De acuerdo con el ministro de Energía chileno, Juan Carlos Jobet, las estimaciones que manejan dentro del proyecto a nivel nacional es que para 2030 el kilo de hidrógeno verde podría haberse abaratado a 1,5 dólares, "un precio competitivo con los combustibles fósiles".
Jobet señala que el país dispone de los elementos básicos para todo el proceso de producción de hidrógeno verde, con el que además de cumplir con la carbono-neutralidad a la que se comprometió, el gobierno chileno para 2050 espera convertirse en un exportador de primer nivel mundial, como lo es ahora con el cobre.
Sin embargo, necesita la inversión internacional para tecnología y proyectos, y la demanda necesaria para venderlo. "Esto es un puzzle y nosotros ponemos muchas piezas pero necesitamos también colaboración (de otros países o empresas privadas) para las otras", sostiene el titular de la cartera energética.