“Hoy por ti, mañana por mí”: el conmovedor gesto de una cajera que terminó en recompensa
La mujer tuvo un generoso gesto con un cliente y este le dio un regalo que la conmovió hasta las lágrimas.
Noticias RCN
11:45 a. m.
Los actos de generosidad parecen cada vez más escasos, pero suelen ser los que más conmueven a quienes son testigos de lo poderoso que puede ser un abrazo, una sonrisa o una ayuda cuando otra persona lo necesita.
En redes sociales se viralizó recientemente un video que muestra lo que puede significar hacer algo desinteresadamente y las recompensas que pueden llegar cuando la bondad guía nuestras acciones.
Todo sucedió en un local de Estados unidos, en donde una cajera recibe a un cliente que le pide algo de comer, no sin antes advertirle que olvidó su billetera y que no tiene con qué pagar la cuenta.
Sin dudarlo, la mujer le dice que no hay problema y que ella pagará la cuenta por él. Además, le pregunta si también quiere un café para acompañar la comida, a lo que el cliente responde sorprendido preguntándole por qué lo hace.
Somos seres humanos y nos tenemos que ayudar unos a otros.
Vea también: Hombre duró más de 24 horas naufragando entre tiburones y cocodrilos
La cajera responde que “los humanos debemos ser amables con el otro, no sabemos cuándo podríamos vernos del otro lado”. Posteriormente, el sujeto que graba se presenta y le da la mano a la mujer, quien se identifica como Sonnia.
La recompensa a la generosidad
Sin duda el acto y las palabras de la cajera son conmovedoras, por lo que el hombre le vuelve a preguntar si está segura de que pagará su cuenta.
Ella insiste sin saber el premio que le espera por su gran generosidad. Tras darle el pedido al hombre le pide que recuerde hacer algo bueno por los demás todos los días y que le pague con la misma amabilidad a la siguiente persona que vea.
De inmediato, el joven le dice que sí tiene con qué pagarle, saca su billetera y pone frente a ella la suma de USD$1.000. Sorprendida, la mujer se ríe y le pregunta si es enserio que ese dinero es para ella. El hombre le dice que sí, la abraza y le pide un mensaje para el mundo.
Venimos al mundo a ser amables no odiosos, mi mamá siempre decía: solo tenemos un tipo de sangre; no hay sangre negra ni sangre blanca.